PRADO VERDE
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Juglar, copla y fundamento,
de amaneceres risueños.
Cónclave de mariposas.
Concierto de los jilgueros,
donde el sol se abre y despunta,
tibio en cegador destello,
en esta mi amada tierra,
que tanto piso y no llego,
a ese cauce que desborde,
los mares de mi contento
e inunde siempre este prado,
cual habita en mi cerebro,
para no ver otro estado,
sino verde cuando invita,
al rocío que alaba el lirio,
y al junco si el río mancilla,
y al chopo si el viento sopla,
y a flor que de rojo tilda,
vacío a veces de veneno…
¡Que triste ver la campiña!:
estéril de hierba seca,
sin lluvia, más agoniza…
Serpiente del polvo dueña…
Labriegos al cielo gritan…