ROMANCE A EMILIANO
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¿Hasta dónde tu entereza?
¡Dime tú!, ¿si odiar tu pierna,
es desaire al cuerpo humano?,
por esa ira que golpea,
a nuestro frágil destino,
de la carne en su condena;
mártir a oculto verdugo,
cual nunca mantiene espera.
¿Hasta dónde tu entereza?
¡Dime tú!, ¿si el mal es la huella,
que borras con tu clemencia,
al fiel lado que te atienda?
¡Dime tú!, ¿si en ti hay sonrisa?,
cuando tu alma a veces sueña,
andar por los verdes valles,
de lirios y esparragueras,
¡Dime tú!, que tienes vida…
ya sin pies, pero con ruedas,
para rodar sobre anhelos,
y andar tiempo y apagar velas.
¡Dime tú! ¿Hacia dónde andas?,
que cuesta seguir tu estela,
por esa senda de espinas,
si al caminar no hay quejas.
Si no llegas a este paisaje, te regalaré
mi vista, porque lo importante no es
llegar, sino estar en la escena que armonice