Yo creo que el Colegio “Estudio” lo ha hecho muy bien en ese sentido,
de una manera muy visionaria desde un principio. Es decir, los valores de-
mocráticos de funcionamiento, de opinión, de ese espíritu crítico, han im-
pregnado la educación. Creo que quizás se pueden mejorar un poco más.
no sé cómo son los planes de “Estudio” en este momento, pero creo que
quizás sí que se pueda hacer más hoy día hacia esa toma de conciencia,
sobre las condiciones de vida de personas que no tienen la suerte que
tienen en general la mayor parte de los alumnos de “Estudio”.
Elena Gallego:
¿Qué campos del conocimiento, son los que pueden apo-
yar ese objetivo en las escuelas y los centros escolares?
Teresa Cavero:
una combinación de campos de conocimiento que hemos
tenido siempre y que ahora parece que están denostados. Está de
moda ahora crear tecnócratas y economistas y gente que sepa de fi-
nanzas –y estaría muy bien aprender algo de finanzas, dicho sea de
paso–. Pero hay que conocer la historia, hay que conocer la lengua, hay
que conocer quiénes somos, hay que conocer de dónde venimos, el
entorno en que vivimos y hay que conocer a dónde vamos de una ma-
nera integrada.
Yo creo que es muy importante formarse muy bien en aquello que
a uno le apasiona, pero sin perder esa formación universalista. Hay que
reconocer y tener un ojo siempre puesto en el conocimiento más avan-
zado en lo técnico, en lo científico. Generalmente los científicos y los
académicos van muy por delante del pensamiento común, porque están
en la frontera del conocimiento, y es importante ver cómo incorporar
ese conocimiento en una sociedad que se mueve a una velocidad im-
presionante.
ahora, donde hay que incidir es en los valores. Es decir, en la ética,
en los principios y en esa toma de conciencia de qué consecuencias tie-
ne cada una de las decisiones, que es en lo que consiste la política al fi-
nal. la política no es una decisión técnica, es una decisión basada en co-
nocimientos técnicos, pero a sabiendas de que con cada decisión unos
ganan y otros pierden, y hay que saber equilibrar quiénes ganan y quié-
nes pierden.
Defender los derechos humanos
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