ANTONIO PÉREZ
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al ser verde tu bandera.
¡Vaya costumbre severa!,
todo ataviado de cerdo.
Prefiero el bello recuerdo,
de besos en la pradera;
no sea que algún día muera
fláccido por la holgura
y pasivo a la frescura,
del éxtasis entre labios,
que anhelan necios y sabios,
siempre prestos de aventura.
No hay en el mundo locura,
como el calor exigente,
de pasión donde la gente;
nunca más dulce criatura,
verla en su pompa y diablura.
Quizás...,tan solo un segundo,
baste al placer mas profundo,
que ante el sufrir resplandece,
de un látigo que enternece.
¡¡¡Ay pena!!!, que es moribundo.