ANTONIO PÉREZ
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zamarras del paseante,
jabalíes bajan al cante,
a las miajas de mancebos
y ahora pone sus cebos
el cazador fulminante.
Bajo ley de la potencia,
con misiles y a cubierto,
quiere ganar su concierto,
minando toda paciencia,
de Alá… Dios de la imprudencia,
quien manda entraña dolida,
huracán costa Florida,
cazando negros y pobres,
más que oros, llevan sus cobres,
sin decreto ni partida.