Introducción
A veces pienso, que duro y resistente es el cristal, pero a la misma
vez tremendamente frágil; como aquel que yo conocía: poderoso,
lleno de dinero, de amor, de éxito, lo tenía todo, sin fisuras. Parece
mentira que unas simples gotas de aceite en la calzada, terminó con
su vida rebosando en la plenitud.
Que linda juventud con tantas ganas de vivir, soñar, de emprender,
crear y con un simple contacto sexual, se contrae la enfermedad y se
degenera hasta llegar la muerte.
O aquel hombre que hizo un contrato unilateral con la naturaleza,
creando cómodas carreteras, pasó por donde quiso, rompiendo a su
antojo lo que allí había. De repente se vio sorprendido cuando
disfrutaba cerca del mismo lugar, por un poderoso torrente de agua
que tampoco pactó con él y le arrebató su propia vida.
O que me decís cuando gozamos cada vez más con el cuerpo de
una mujer o un hombre, hasta que descargamos el liquido
proveniente. ¿ No se siente tal vez un vacío?, y la desesperación
cuando el ser que amamos, nos abandona con una fugaz mirada
ajena.
¿Qué pensáis...? ¿Somos dominadores de este Paraíso?, o acaso
simples piezas de algo o alguien que juega con nosotros. ¿Venimos a
este Paraíso de paso? y si es así, por qué nos aferramos y nos
resistimos a perderlo. ¿Estará aquí lo que vulgarmente se llama Cielo
e Infierno? ¿Dónde está aquel...que todos los días come, todos los
días ama, todos los días es considerado y bien visto y tiene quien le
escucha y protege?, ¿y aquel...que todos los días vive la miseria, el
dolor, la desesperación....?
Me siento orgulloso de haber nacido en este pequeño Paraíso,
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situado entre Mancha Real y Jimena, en la provincia de Jaén, al que
añoro con cariño y que se llama
CANILES(1).