Mayo
¡Espérame hermosa!,
fiel en tu fragancia,
¡resiste el marchitar!,
¡aguarda olorosa!,
firme en tu estancia,
¡oloriza el resoplar!,
del viento que acosa,
suavizando tu sentencia;
vencerás el deshojar,
del terciopelo en su elegancia,
por tu sabia jugosa
y el logro de la abundancia.
Nacida para soñar.
¡Brilla, caprichosa!,
deleitando el mirar,
en natural conveniencia.
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