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NOSOTROS, YA MAYORES
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Vuelan los días con las noches,
el tiempo nos va puliendo,
la vida se nos va yendo,
ya no duelen los reproches,
ni de oro agradan los broches,
ni el rostro brilla en grandeza;
para qué esta fortaleza,
si abruma a veces tanto arte,
y aquí del rincón soy parte;
¿merece el alma riqueza?,
si no hay sepultura,
a la que se engañe,
con tanta hermosura,
que nos acompañe,
si allí no hay mentira,
si no se respira.
Aquí solos, más cerca de la muerte,
tu sonrisa me sabe a la primera,
de San Juan rodeando tu cadera,
bajo la luna echando nuestra suerte.
¡Qué suerte, este idilio sea tan fuerte!,
nunca se rompe al sortear barrera
ni los años arrían nuestra bandera,
en lo alto de asta para siempre verte.
Para qué alhajas, si engendran codicias,
si amapolas colman nuestros delirios,
y regalan los prados sin franquicias.