EDUARDO BOBRÉN
106
rompió su espasmo y titiló a la vida
cuando se hundió su luz en mi mirada.
A leguas luz estabas apartada
y se inició tu tránsito movida
por la inercia de amor y poseída
de esplendor singular, iluminada.
Llegaste Amada al paso de mi ruta
que hallaste oscura, densa, desolada;
y tu fuerza de amor acelerada,
me transformó las ansias diminutas;
en giros me envolvió tu llamarada
y se tornó mi ser en luz dorada.
DECIMA I
Dentro de tu núbil pecho
una paloma apresada
revolotea asustada
reclamando su derecho
de que no dejen maltrecho
su pasión y su alborozo,
y manifestar el gozo
que su Amado le propicia,
y regalarle caricia
fuera de su calabozo