EDUARDO BOBRÉN
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No
¡No!.
¡No soy tu propiedad...!
Que lo soy,
me lo dicen a gritos
la escoba,
en trapeador,
la aspiradora,
el cubo...
y, hasta, a veces
el piano
que lustras
con denuedo...
y todos los objetos
conque me sustituyes.
¡Mienten!.
¡No soy tu propiedad!.
Solo a mi
me tienen, me poseen
el mar,
el sol,
la brisa, la paz,
la esperanza
y el cielo...
...y el silbo apacible
y delicado
de la voz de mi Dios.