EDUARDO BOBRÉN
134
A Braulia la loca de la muñeca
Arrastraba su pena por las calles
y en su muñeca sucia
confinaba tristezas.
¿Quién le mató la vida?.
¿Quién le apuñaló el alma?.
Braulia camina, por las calles largas,
lenta,
mugrosa,
harapienta:
y los niños malvados a ella gritan:
"loca de la muñeca".
Le aterra su dolor,
su soledad,
su pena
y la amarga tristeza
de encontrar a su niña
impávida,
dormida
en brazos inclementes
de la muerte.
No sabe.
No entiende.
No comprende.
En su demencia,
en la carrera desesperada de su nada,