MARVIN G. SOTO
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lejano, como mis pensamientos que navegan con
rumbo a los mares del sur, donde los vientos izan
con gallardía las frágiles velas de mi vida...
Ahora todo me es doloroso, hasta respirar... no
fue mi barca la que encalló en este bravío mar de
quejas y lamentos, de rencillas furtivas, de
temperamentos afilados como dagas hirientes y
frías... frías, como las manos reyertas de caricias
nuevas, como los labios agredidos por un rufián
malvado...
Todo parece diferente aquí dentro... voy en busca
de una ola de espejismos, camino rumbo a mi... y
no me encuentro...
¿Por qué no estas?, ¿porque ahora que mi ser
desciende al abismo de mis silencios y de mis
aullidos mudos, tu mano longeva no detiene la
trepidante horadada de mis mustias pesadillas?
Todo parece extraño aquí afuera... tu eras mi
fuerte, mi protector, mi consejero... tu eras mi
refugio en el turbión, mi mejor amigo y ahora?...
reveses, ausencia, soledad, recuerdos ineludibles
que me traspasan agresivos...
Se han marchado las mañanas de dialogo y café,
las visitas vespertinas cálidas de tratos cariñosos...
se han marchado para siempre los abrazos y el
gozo de tener lo ya perdido...
Ahora todo me es doloroso, hasta recordar... ya no
quiero más luz, ya no quiero más amor, solo
quiero reposar de los dolores, de las depresiones,
del transito inercico hacia no se donde, porque no
se cuando pasará este tormento...
¿Cuantas tormentas más sufrirá mi barca?... Ahora
luce débil, vulnerable, inquieta, agitada por lo recio
de esta tempestad...
Ahora todo me es doloroso, hasta respirar...