LA GUERRA DEL AGUA
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Con dos martirios y un llanto,
vaga el Yemen en la Tierra,
uno: hacer siempre la guerra,
otro: los valles de encanto,
ahora secos de espanto,
y el llanto, clama Alá el Grande,
postrado, hastío y a lo que mande,
aunque su silencio invoca,
la justa que a veces toca,
y el señor del clan demande;
usurpando el llano,
sorgo, trigo, mijo,
el qat mata sano,
de hierba amasijo,
que rumea y tira,
para levar trance,
apagando su ira,
y mi anhelo avance,
a rebosar los ríos;
porque ahora…
cada vez más profunda y no la encuentro,
hábito y deseo que tanto siento:
¡agua, agua, agua!, y cada vez más sediento.
Árida mi Saná de tierra adentro.
Páramo yermo de sol en el centro.
Tenues sombras trasiegan con el viento.