destacar la evolución que se está
experimentando desde un modelo
basado en la protección, hacia otro
dotado de inteligencia en el que la
monitorización y la respuesta son
fundamentales. Todo ello, puntualiza
el directivo, bajo unos criterios de
"flexibilidad a la hora de aplicar las
medidas de seguridad, pudiendo
aplicarse medidas extraordinarias en
función de niveles puntuales de riesgo".
Sectores estratégicos
Aunque todas estas medidas pueden
ser implementadas por organizaciones
con distintas clases de negocio dentro
de las infraestructuras estratégicas, la
forma de concretarlas no ha de ser
similar en todas ellas. Como bien explica
Cañizares, de Eulen, no es lo mismo un
operador crítico del sector financiero que
otro de energía. "Su grado de madurez,
los vectores de ataque a los que están
expuestos y otra infinidad de parámetros
hacen que cada una de ellas implante
medidas de seguridad ajustadas a sus
propias necesidades", manifiesta. De
todos los sectores, a juicio de Zubieta,
de GMV, el económico-financiero es
el que se encuentra más preparado,
"porque lleva más tiempo lidiando con
estos temas", sentencia. En los menos
preparados, continúa, "la concienciación
en el ámbito de la ciberseguridad es
escasa, siendo uno de los puntos flacos
más apreciables".
En cualquier caso, las compañías
que operan infraestructuras críticas
están obligadas a la definición y puesta
en marcha de planes de seguridad
concretos, como el Plan de Seguridad
del Operador y los Planes de Protección
Específicos. Y todo ello se establece
desde una perspectiva más amplia
a través de los Planes Estratégicos
Sectoriales, de los cuales ya se han
desarrollado el de energía (electricidad,
gas y petróleo), el nuclear, el financiero,
el de transporte (aéreo, marítimo,
ferroviario y terrestre) y el del agua. En
total, según el CNPIC, con todos ellos
se cubren ya diez importantes sectores
nacionales de producción, llegando a la
designación de 93 operadores críticos.
En opinión de Municio, de Deloitte,
"los Planes Estratégicos Sectoriales
están ayudando a las organizaciones
a evolucionar y mejorar de manera
patente sus capacidades en seguridad
integral, incluyendo seguridad física y
ciberseguridad".
Según otros expertos consultados,
estas iniciativas están ayudado a
fomentar y dinamizar la comunicación
y compartición de prácticas entre
las funciones de seguridad física y
ciberseguridad,
tradicionalmente
separadas entre sí, lo que redunda en
un beneficio para las organizaciones y
la confianza en los servicios prestados
a la ciudadanía. Y es que, resume
Zubieta, de GMV, "en estos planes se
abordan las medidas de seguridad
de las que dota el operador crítico,
que incluyen medidas organizativas,
tecnológicas, de gestión y seguimiento".
Y desde el punto de vista de la
ciberseguridad, añade el representante
de Deloitte, "es un hecho que, tanto los
propios planes, como otras iniciativas
y publicaciones sobre ciberataques,
están contribuyendo a concienciar a
todos los niveles en esta materia"; y no
sólo entre las grandes empresas del
país, sino también entre las compañías
estratégicas que, hasta el momento, no
20 red seguridad primer trimestre 2016
especial
R
eportaje
PIC
monográfico
El papel de las consultoras tecnológicas
Desde hace tiempo, los operadores de infraestructuras críticas están
invirtiendo una gran cantidad de recursos para dotarse de un abanico
de servicios de protección de extremo a extremo, desde la capa de
gestión hasta la operativa. En este contexto, destaca la labor que están
haciendo las consultoras tecnológicas. "El papel de estas organizaciones es
fundamental, ya que los clientes se apoyan en ellas constantemente para
conocer y actualizarse respecto a las tendencias y riesgo emergentes, así
como en los mecanismos para tener un nivel de protección adecuado",
opina Pablo Municio, gerente área de Seguridad y Riesgos TIC de Deloitte.
Este punto de vista también lo comparte Ricardo Cañizares, director de
Consultoría de Eulen Seguridad: "los proveedores de tecnología y servicios
de ciberseguridad están ofreciendo lo que demanda el mercado con los
niveles de calidad, eficacia y eficiencia que se requiere"; aunque es necesario,
según el directivo, que "en algunos casos modifiquen su actual aproximación
a la forma de dar respuesta a las nuevas necesidades de protección que
tienen las infraestructuras críticas, con unos escenarios de ciberamenazas
muy diversos y siempre en constante evolución", matiza.




