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La historia de este evento
deja anécdotas curiosas,
como la demanda de
Sanlúcar por el permiso de
poder celebrar dos fiestas
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LA VOZ
JEREZ.
Cuando se dice que la Feria de
Jerez es parte insoslayable de la ciudad
no se está exagerando. De hecho, la fe-
ria (y el privilegio de poder organizar-
la) es tan antigua como la pertenencia
de Jerez a la Corona de Castilla y, por
ende, a España. Fue en el año 1264 cuan-
doAlfonso X, el Sabio, conquistó la ciu-
dad. 18 años después, el mismomonar-
ca (que fallecería poco después) conce-
día a la ciudad el privilegio de organizar
dos fiestas, en abril y en septiembre, se-
gún se recoge en el libro ‘Hombres ilus-
tres de Jerez’. Las ferias jerezanas, con
el transcurso de las décadas, fueron to-
mando importancia. De hecho, en el si-
glo XV, cuando la Reconquista estaba a
punto de completarse, la Feria de Jerez
recibía la visita de comerciantes de toda
Europa. Como recoge Andrés Luis Ca-
ñadas, citando la Historia de Jerez de Hi-
pólito Sancho de Sopranis, «existía una
numerosa concurrencia de traperos in-
gleses, lenceros bretones, mercaderes
de Flandes que venían a comprar caldos
y cambistas españoles y extranjeros de
diversa procedencia».
Ya en el año 1481, prosigue Caña-
das, se indica el lugar en el que debe
celebrarse la Feria. Era, cómo no, en la
calle del mismo nombre, Feria, desde
la calle Francos hasta la Puerta del Real.
Se da la curiosidad de que, como en la
actualidad, los vecinos eran los más
afectados por la celebración. Pero lo
eran de un modo diferente. Y es que
se emitió una ordenanza por la que los
vecinos de esta zona de Jerez debían
iluminar las puertas de sus casas con
candelas. Incluso se estipuló una san-
ción para quien no lo cumpliera: dos
maravedíes.
La querella sanluqueña
Uno de los aspectos que hace singular a
Jerez es la posesión, como ya se ha in-
dicado, del permiso real para celebrar
dos ferias (que se han mantenido en la
actualidad, la del Caballo y la de la Ven-
dimia, dos de los símbolos más jereza-
nos). Esta distinción no era del gusto de
todos, en especial de las localidades ve-
cinas. Así es como surge, en el siglo XVII
(en el ocaso del siglo de Oro), la quere-
lla de Sanlúcar, que lleva este privilegio
de Jerez ante el Concejo de Hacienda.
El rey Felipe III, previo pago de 12.000
ducados, confirma por una cédula fe-
chada el 30 de septiembre de 1619, este
privilegio. En 1701, en plena Guerra de
Sucesión, lo confirma FelipeVy, en 1772,
también lo hace Carlos III.
En el siglo XIX empieza a buscarse,
con la configuración moderna de la
ciudad, la ubicación idónea y definiti-
Jerez, tan de la Feria como de España
La ciudad se incorporó a la Corona de Castilla en 1264 y en 1282 ya tenía celebración
En el siglo XV ya está
documentada la presencia
de mercaderes de
toda Europa en la feria
En 1902 se aprueba el
traslado, que culminó
al año siguiente, del
Real al González Hontoria
Una de las carrozas que participa en la batalla de flores en la Feria.
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A. J.
Los Reyes, en la Coronación del Carmen, en la Feria de 1925.
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A. J.
Cartel de Feria del año 1934.
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CEDIDA POR EL AYUNTAMIENTO DE JEREZ
Domingo 10.05.15
LA VOZ
FERIA DE JEREZ
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