Mayores de Córdoba 2018 -2

9 de octubre de 2018 Número 2

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Mi vida pasada

Una usuaria de la Residencia Santa María nos cuenta su historia

Residencia Santa María

Éramos 4 hermanos, yo fui la primera, la niña. Los demás, todos varones. Siempre de- mostré ser muy entendida, me gustaba aprender todo y, sobre todo, quería estudiar. Quería ser una buena hija y hermana. Me hubiese gus- tado ser maestra, pero más aún enfermera. Lamentablemente, en mi casa no había dinero para eso, pero yo, todos los libros que caían en mis manos, los leía. Un tío mío era practican- te y, aunque trabajaba en el Hospital de Agudos, en su casa tenía consulta. En aque- llos tiempos había muchos sabañones infectados y a mí me encantaba ayudarle: se limpiaba con agua oxige- nada y luego se ponía yodo. Después, cuando las pupas estaban mejor, se le ponía halibut pomada, y de esta manera se curaban. En mi colegio la Milagrosa siempre destaqué. Cuando ya sabía de todo me pusie- ron para ayudar a la monja que estaba con los niños, pues su salud era delicada. Era una clase grande dividida en dos, en una parte estaban los más pequeños y en la otra los mayores. La super- visora me dijo que algo me darían por la labor que esta- ba haciendo, pero yo era feliz

La protagonista de esta historia, en una de las actividades organizadas en la residencia

enseñando a los niños. Sor Lucía, así se llamaba la mon- ja, fue poniéndose peor y se la llevaron a una residencia de las Hijas de la Caridad. De esta manera me quedé con todos los niños y les enseña- ba Gramática, Matemáticas, Historia Sagrada, Geografía… Algunas veces, cuando sor

Josefa me veía muy apura- da, me ayudaba un poquito. Además, los sábados tenía que ir a fregar la clase y lim- piar la pizarra. Un familiar que me cono- cía muy bien leyó en el perió- dico que en unos almacenes buscaban cajeras y empa- quetadoras. Me presenté y

saqué muy bien las dos co- sas, pero el señor me dijo que la hija de un contable de la casa también se había presentado y que las dos no podíamos trabajar en la caja, así que yo ocupé el puesto de empaquetadora. Un día, el jefe vino a hacer caja y no estaba bien, así que

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