La Mar de Gurmé

la miel o el aceite de la Sierra, existe todo un abanico de sabores únicos maridados con vinos de fama mundial. El atún rojo Afortunadamente, en los últimos años se ha puesto en valor un arte de pesca ancestral, que data de la época de los fenicios, y que nos brinda uno de los manjares más apreciados en la cocina de vanguardia, el atún rojo salvaje de almadraba. Desde finales de abril, con la primera levantá, el oro rojo del mar vuelve a los mercados y a la mesa para regalarnos mil y un sabores que se desgranan de sus 25 cortes. La gastronomía de Tarifa, Zahara de los Atunes, Barbate y Conil se lo deben todo, o casi todo, a este animal que cada primavera nos visita durante su migrar hacia el Mediterráneo. Platos tradicionales como el atún ‘encebollao’, atún en manteca, la mojama o el eterno solomillo de atún a la plancha conviven en perfecta armonía en los fogones de bares y restaurantes con recetas orientales como el tataki o el tartar. Esto ha animado a muchos chefs a reinventar sus platos fusionando lo de aquí y lo de allá creando una nueva corriente gastronómica que está causando furor entre los paladares más exigentes.

La diversidad es uno de los mayores

atractivos que presenta la provincia de Cádiz. Todo aquí tiene una dualidad, todo tiene su complemento opuesto y no pueden existir el uno sin el otro. La provincia de Cádiz bien merece un recorrido de norte a sur y de este a oeste, porque cada rincón guarda una gastronomía con identidad propia, al natural, sin aditivos. Subiendo por el litoral de la Costa de la Luz con sus almadrabas, pasando por el ganado retinto y la huerta de La Janda, el pescado de la Bahía de Cádiz, los esteros, los guisos de la campiña y las carnes de caza, los quesos,

Cádiz, el yin y el yang de la gastronomía

Tamara Ariza

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