ESPECIAL PASIÓN EN CÓRDOBA 2020
La Semana Santa que encontró Trevilla era una manifestación de impotencia, con cofradías que dejaban de salir y muy marcadas por desagracias sucesivas
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na. En 1818 hubo un enfrentamiento entre el hermanoma- yor y los cofrades de Jesús Caído en la calle Carnicerías, hoy Alfaros. Las imágenes quedaron abandonadas hasta que los religiosos y sacerdotes consiguieron recomponer- la y volver a San Cayetano. Trevilla disolvió la hermandad. La de 1819 fue la última Semana Santa del barroco, aun- que quedaran lejos los años de esplendor. Comenzó el Do- mingo de Pasión con el Vía Crucis del Señor del Calvario al Marrubial. El Jueves Santo salieron las cofradías de Je- sús Humilde desde la Merced, el Santo Crucifijo desde su ermita en la Magdalena y Jesús de la Sangre desde el con- vento de la Victoria, además de Jesús Caído a cargo del co- legio de Escribanos Públicos. El Viernes Santo salieron las Angustias, el Santo Sepul- cro desde Puerta Nueva y la Soledad. Terminó una época. Lo resumió el párroco de San Nicolás y San Eulogio de la Ajerquía, al hablar de la Vera Cruz: «Conmotivo de la des- trucción de esta capilla por los franceses, está en suma de- cadencia, ya por los gastos hechos para reedificación, quan- to por los pocos hermanos que le han quedado». De las que salieron aquel año sólo el Calvario y las An- gustias sobrevivieron el tiempo, y la primera con varias reorganizaciones. De la Sangre no quedó más que, quizá, la Virgen de Gracia y Amparo; de la Soledad y de Jesús Hu- milde se pudo identificar a sus imágenes sólo en el siglo XXI, y la cofradía del Santo Crucifijo desapareció antes de que el Cristo del Amor llegase en la década de 1950 al nue- vo barrio del Sector Sur. El Santo Sepulcro volvió a salir en 1849 todos los años, aunque con cofradía sólo a partir de 1937 y luego con la actual en 1973. Jesús Nazareno no salió aquel año, pero mantenía sus cultos y reapareció en algunos años del siglo XIX hasta disolverse y reorgani- zarse en 1971. La Virgen de los Dolores y su congregación sí que volvieron con toda su fuerza y tuvieron un pa- pel fundamental a partir de 1849, mientras que el Cris- to de la Expiración y el Señor de la Pasión regresarían a la Semana Santamuchos años después con herman- dades nuevas. De bastantes no quedó más que un re- cuerdo documental; de otras, como la Vera Cruz, un
El actual Cristo del Amor, que procesionó en 1819 como Santo Crucifijo
La Virgen de la Soledad, titular de una cofradía que tuvo sede en la Merced y salió por última vez en 1819
Crucificado que no volvió a pisar las calles. Aquella fiesta venida a menos fue la que Trevilla intentó encauzar o salvar con un decreto que seguía las directri-
ces del Consejo de Castilla. To- das las procesiones quedaban
reducidas a una sola, siem- pre el Viernes Santo, que
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PASIÓN EN CÓRDOBA
1820, EL FIN DE LA SEMANA SANTA BARROCA
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