Mayores de Córdoba 2018 -3

Mayores de Sevilla 2018 -3

16 de octubre de 2018 Número 3

Talleres, actividades, salidas, excursiones y muchas experiencias Envejecimiento activo

16 de octubre de 2018 Número 3

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Una gran celebración por el Día del Mayor

Los residentes de Santa Bárbara han sido chefs por un día

Fundación Residencia de Mayores Santa Bárbara Esta semana hemos cele- brado en nuestro centro el Día del Mayor. Hemos reali- zado una paella, elaborada íntegramente por los resi- dentes, que han podido ser chefs por un día. Para la elaboración de nuestra paella, le pregunta- mos a los residentes cómo solían hacerlas en sus ca- sas. Nos llevamos una gra- ta sorpresa al ver que la mayoría de ellos conocían la receta de la paella y que había muchas ideas intere- santes. Expusieron más de diez formas distintas de elabo- rarla, y le preguntamos que cuál era la que más les ape- tecía comer. Después de

una corta discusión, decidie- ron que sería de marisco. La realizamos en una pe- queña terraza de la que dis- pone el centro. Entre todos troceamos los ingredientes del sofrito (tomate, pimien- to verde y rojo, ajo y cebolla) y luego, poco a poco, añadi- mos el resto de ingredien-

tes (vino blanco, mejillones, calamares, almejas, trozos

de pescado, guisantes, sal, azafrán, agua y arroz). Mientras todo cocía to- mamos refrescos y patatas mientras bailamos cancio- nes de Manolo Escobar, Ro- cío Jurado, Antonio Molina, Los Panchos y muchos más. Disfrutamos de nuestro día, ¡que sean muchos más!

Disfrutamos de nuestro día, ¡que sean muchos más!

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ACTIVIDADES DEL CENTRO

Todos con la iniciativa «Kilómetros para recordar »

zheimer o que atienden a personas que padecen esta enfermedad. El sistema es el siguien- te: cada persona se registra en la aplicación «Kilómetros para recordar» y, cuando salga a hacer deporte, solo tiene que activarla. Mientras más kilómetros se recorran,

mejor. Cada kilómetro an- dado o corrido se convierte en 0,10 céntimos de euro y cada kilómetro en bici se convertirá en 0,03 céntimos. En nuestro centro la ini- ciativa ha tenido gran acogi- da y el día 21 de septiembre dimos el pistoletazo de sali- da con una caminata simbó- lica de 1 kilómetro, gracias a la participación de residen- tes y familiares. A pesar del sol de justicia que tenemos en Córdoba en estas fechas, las ganas su- peraron las adversidades y, entre todos, conseguimos sumar kilómetros.

DomusVi Remedios recauda kilómetros para la iniciativa solidaria «Kilómetros para recordar»

DomusVi Remedios

Se trata de un proyecto so- lidario de la Fundación Do- musVi, que se viene reali- zando desde hace tres años y que consiste en ofrecer a los participantes realizar ki- lómetros andando, corrien- do o en bicicleta que luego se convertirán en dinero que la fundación destinará a la donación a entidades que investigan sobre el Al-

Dentro de las actividades de conmemoración del Día Mundial del Alzheimer en el pasado mes de septiembre, la residencia para mayores DomusVi Remedios de Agui- lar de la Frontera ha partici- pado en la iniciativa solidaria «Kilómetros para recordar» en su III edición.

Dimos el pistoletazo de salida con una caminata simbólica de 1 km.

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ACTIVIDADES DEL CENTRO

Parque Asomadilla, 27 hectáreas de historia y curiosidades

Gracias a Joaquín, educador ambiental y responsable de los huertos colectivos urbanos

Residencia Orpea Córdoba

de la cocina que, como todos sabemos, es algo que todo el mundo realiza en su día a día. Pero también es cierto que al ingresar en un centro residencial es complicado llevar a cabo dicha función y mantener este rol que tanto tiempo ha ocupado a lo largo de nuestras vidas. Por ello, desde la residencia Vitalia San Rafael os animamos a realizar dicho taller que conlleva realizar la compra en el supermercado más cercano, realizar el plato por este emblemático lugar, representación de nuestras gentes y nuestra cartografía. Lo más bonito que me lle- vo es la amabilidad, el sabor de frutas y verduras total- mente ecológicas, la capaci- dad de pasear a lo largo del parque y sus pequeñas pen- dientes, el respirar aire fres- co y la sensación de que hay muchísimas cosas por hacer y descubrir. Mando un mensaje de vida, de ganas de vivirla y de no dejar de hacer cosas ja- más, porque ser anciano no es dejar de luchar, es simple- mente luchar por otras co- sas, con ayuda, por qué no, pues para eso estamos.

Como casi todos los viernes, en la residencia Orpea Cór- doba Centro donde vivimos, se realizan distintas salidas al exterior: hemos visitado desde conjuntos monumen- tales propios de esta ciudad patrimonial, hasta rincones con encanto repartidos por todos los barrios y, como no, por supuesto, del nuestro. Gracias a la cercanía del parque a nuestro centro, a la colaboración del Aula de la Naturaleza y su responsable, Joaquín Araujo, escritor, pe- riodista y ecologista español, hemos disfrutado de una jor- nada inolvidable paseando

Cocina para todos

propuesto para ese día y, por último, y lo más importante, la degustación del mismo. Este mes, con el fin del verano y la aparición de este otoño tan caluroso, hemos decidido fusionar el verano y el otoño con estas brochetas fresquitas, pero con frutas de la temporada de otoño, a las cuales hemos añadido un poquito de chocolate, el cual no puede faltar en un postre. Desde Vitalia San Rafael os invitamos a que probéis esta sencilla receta que, además de sana, está realmente deliciosa y lo más importante: no necesitamos cocina para llevarla a cabo.

CR Vitalia San Rafael

Hola, lectores de ABC, hoy os quiero contar uno de los talleres que se realizan de forma continua en nuestras aulas de Terapia Ocupacional, ya que en ocasiones no hace falta realizar una actividad de muchísimo interés sino hablar de algo de la vida cotidiana que pueda tener interés. A veces se trata de «saber mirar» el día a día. El taller en concreto es el queridos

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ACTIVIDADES DEL CENTRO

DomusVi Remedios se va a la playa

Excursión a la playa de la Misericordia

DomusVi Remedios

Como todos los años, un grupo de residentes de la Residencia para Mayores DomusVi Remedios de Agui- lar de la Frontera realizó su tradicional excursión a la playa y, como no, queremos compartirlo con todos voso- tros, pues creemos que os gustará conocer lo bonito y divertido que fue este día. Estábamos a finales de ju- nio cuando llegó el día más esperado del año para algu- nos de nuestros residentes ya que, a pesar de haber vi- sitado en muy pocas ocasio- nes la playa a lo largo de sus vidas, es un lugar mágico para ellos. Los nervios se apodera- ron de los excursionistas desde primera hora de la

mañana, incluso alguno re- conoció no haber podido dormir esperando que llega- ra la hora de la salida. A la llegada del autobús, nos subimos en él y comen- zó nuestra aventura. Una hora y media más tarde lle- gamos a Málaga, a la playa de la Misericordia y, desde entonces, todo fue alegría y máximo disfrute.

Llevábamos nuestro pic- nic playero preparado y, como uno de nuestros resi- dentes contó al día siguiente en la residencia, «nos har- tamos de comer» tapitas, gazpacho fresquito, dulces y helados. Pero, entre bo- cado y bocado, no dejamos de hacer lo más importante, nos dimos unos bañitos en el mar gracias a unos carros

adaptados de los que se dis- ponía en la playa. Fue muy emocionante, ya que nos acompañaba un re- sidente que llevaba más de 20 años sin bañarse en el mar y otros que no lo habían hecho nunca. A la hora de volver, más de uno se enfadó, pues que- rían quedarse hasta el ano- checer, referían que el día había sido muy corto. No podemos olvidarnos de mostrar nuestro agra- decimiento a los volunta- rios que con tanto afecto nos atendieron en esta ac- tividad, pues la playa de la Misericordia cuenta con un puesto adaptado con todas las comodidades necesarias para nosotros. Sin ellos no sería posible esos bañitos tan refrescantes que nos di- mos. No hay palabras para des- cribir las sensaciones vividas ese día. Qué alegría poder aportar tanta felicidad a un grupo de personas.

Verano de piscina

Domus VI Remedios Todos hemos oído hablar de los beneficios de la hidroterapia y todo lo que abarca el mundo de la hidro- terapia. Dentro del abanico de ac- tividades con las que contamos en nuestro centro, una vez que llega el verano, las orientamos a activi- dades más lúdicas y refrescantes. Muestra de ello es la visita semanal a la Piscina Municipal de Aguilar de la Frontera, donde un convenio con el Ayuntamiento nos permite asistir con un grupo de residentes.

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6 Remontar el vuelo

no poder valerme por mí misma que no quería salir de mi casa, ni comer, ni ver la tele, tenía la moral por los suelos. Ni dormía, pasaba las noches enteras en vela. Mis hijas me medio obli- garon a asistir al centro, ya que me veían muy deprimi- da, me apuntaron y no me quedó más remedio que venir. Los primeros días los pasé mal, no quería cono- cer a nadie del centro, pero gracias a Ana, la directora, me fue levantando el ánimo con todo su cariño y apoyo de tal manera que al mes ya tenía una poquita de ilusión. Venía en sillas de ruedas, con pañal y dependiente para casi todo, tenía que comer triturado por el poco apetito que tenía. Poco a

poco, con los ejercicios em- pecé a mejorar y mi estado de ánimo comenzó a cam- biar. Cuando vi que iba a mejor y dejé la silla de rue- das, me di cuenta de que el centro era un bien para mí y mi mente cambió total- mente. Actualmente ando con andador y voy mejorando cada día, siendo capaz de dar cada vez más pasos yo sola. Ya no dependo de los demás para las actividades del día a día, soy autónoma y esa es la mayor alegría. Los auxiliares han bata- llado mucho conmigo, te- niéndome que ayudar día a día, por lo que les estoy muy agradecida. El centro me ha levanta- do el ánimo, me siento me- jor. Tengo una buena rela-

ción con mis compañeros, con todos, nos apreciamos mucho y nos queremos. Me gusta participar en las acti- vidades y lo hago con gusto. Hacemos pinturas, trabajos de cuentas, preguntas con las que tenemos la mente más activa. Por supuesto, sigo rea- lizando todos los días mis ejercicios de rehabilitación, y en casa también. En el centro me han dado la oportunidad de escribir un artículo, y he querido aprovechar para contar mi experiencia. Que la gente vea que, a pesar de que a ve- ces nos encontramos hundi- dos, todos podemos remon- tar el vuelo. Hoy le digo al mundo que vuelvo a tener ilusión y ga- nas de vivir.

Hoy le digo al mundo entero que vuelvo a tener ilusión y ganas de vivir

ANA UED de Dos Torres

Me llamo Ana, y quiero con- tar mi experiencia en el Cen- tro de Día de Dos Torres, de la Fundación PRODE. Hace cuatro meses tuve una caída, con la mala for- tuna de que me rompí la ca- dera derecha. Me operaron en Pozoblanco, y en el pue- blo me aconsejó una veci- na, que su familiar ya había pasado por este centro, que me viniese. Pero yo, la ver- dad, no tenía gana ninguna, estaba con tal depresión por

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EXPERIENCIAS PERSONALES

Aquí hacen que me sienta como en casa

más fácil, empezando por las Hermanas Salesianas del Co- razón de Jesús, y siguiendo por las auxiliares, cocineras, limpiadoras, enfermeras, mé- dica, chicos de mantenimien- to y chofer, fisioterapeutas, trabajadora social, adminis- trativo, psicóloga, terapeutas ocupacionales y personas que trabajan de voluntarias. Todas estas personas, que son muchísimas, hacen que cada día me sienta como en casa y hacen que el día a día me parezca sencillo, así que no tengo palabras para agra- decer. Como buena cristiana, cada noche pido a mi Jesús Nazareno y a mi Virgen de Belén por todas las personas que me acompañan en mi vida, sin olvidarme de ningu- na, y espero que mi bendi- ción no solo llegue a mis co- nocidos, sino que no pare y llegue a todo el mundo.

Nos lo cuenta María de los Ángeles Carrasco González

Mª ÁNGELES CARRASCO Residencia Hospital de San Sebastián Me llamo María de los Ánge- les Carrasco González y nací en Palma del Río el 19 de agosto de 1935 y soy la se- gunda de 5 hermanos. El mayor se llamaba Joa- quín y murió a los 27 años a causa de unos problemas de salud, después del servicio militar. Después de mí va mi hermana Rosa, que vive en Berlín y tiene un hijo que se llama Manuel, como mi pa- dre. El cuarto hermano es Manuel, que trabaja de vo- luntario en el Banco de Ali- mentos y es presidente de

la Asociación de Niños Saha- rauis de Córdoba y, por últi- mo, mi hermana Carmen. Toda mi familia es cristia- na y mis hermanas y yo he- mos estudiado en el colegio de las Hermanas Teresianas. He nacido y he vivido toda la vida en Palma del Río y me encanta decir que soy 100% palmeña, de pura cepa. Después de una vida de

lucha y trabajo, por circuns- tancias, vivo en una residen- cia, en el Hospital San Sebas- tián de Palma del Río. A día de hoy llevo un año y medio y tengo cientos de historias que contar, en general bue- nas, así que quiero utilizar este artículo para hacer un reconocimiento a todas las personas que trabajan en el centro y que me hacen la vida

Vivencias de un residente

JOSE LUIS MORALES CR Vitalia San Rafael

Al llegar me encontré personas mayores, cosa que no me considero, ya que solo he cumplido 60 años de los primeros 100. Son mayores y, por lo tanto, más sabios y expertos que yo, que, aunque no tengo flequillo, soy un niño. Un niño al que su madre le inculcó su amor por los libros y su padre por la música. Actividades con las que disfruto en el centro plenamente. No me olvido de la rodeado de

Hoy, víspera de San Francisco de Asís, me dispongo a contar un poco mi vida desde la llegada a la residencia, lo cual se produjo el 4 de enero de 2018. También víspera importante del santoral cristiano, hablo del día de Reyes. Con anterioridad, mi vida había sido desordenada, en cuanto a salud se refiere, y la paz interior pasaba de mí.

al equipo humano que nos atiende, decir que es muy atento, cariñoso y profesional. Besos a todas ellas y saludos para ellos.

gimnasia, que me salvó la vida al reducirme a menos de dos tercios de mi volumen anterior. Por lo que se refiere

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Mi vida en el Centro de Día Las Villas

Somos como una gran familia que nos ayudamos los unos a los otros

PILAR GARCÍA GALIANO UED de Dos Torres

Hoy os quiero contar cómo ha cambiado mi vida desde que ingresé en el centro de día de Dos Torres. Todo comenzó a raíz de una enfermedad, una hidrocefalia. Yo era una per- sona independiente que vivía en Córdoba de forma autó- noma. Tras operarme (con cables como un robot por el cuerpo), me vine a vivir con mi hija a Pozoblanco. No ha- blaba, no andaba apenas y tampoco tenía memoria. Ella valoró llevarme al Centro de Día de PRODE de Dos Torres, ya que está trabajando, y le estoy muy agradecida por la decisión tomada. Cuando ingresé no tenía apetito y los auxiliares inclu- so me daban de comer. Era dependiente para todas las actividades del día a día. Gra- cias a sus esfuerzos comencé a salir hacia adelante. Venía en una silla de ruedas, sin posibilidad de caminar nada más que unos pasos. Hacía rehabilitación diaria con la fi- sioterapeuta con la que poco a poco fui cogiendo fuerza y caminando cada día un poco más. Con los compañeros co- mencé a hablar y ahora no hay quién me calle. Cada día me encontraba un poco me- jor hasta estar como actual- mente, que lo mismo canto

por Manolo Escobar que te bailo unas sevillanas. En el centro estoy feliz, ha- cemos muchas actividades. Todos los días realizamos gimnasia, trabajos manuales y ejercicios para la memoria. Otros días nos vamos de pa- seo, como a las vaquillas de Dos Torres, al mercadillo o las Cruces de Añora. También

tenemos fiestas, celebramos todos los cumpleaños con una tarta y una «festolina». Los compañeros y los tra- bajadores me dicen que pa- rezco un gorrioncillo, pues siempre estoy de un lado para otro. PRODE para mí es como mi casa, me siento segura, protegida y amada. Tengo

muy buenos compañeros y, sobre todo, tengo a Floren y Azahara. Somos como una gran familia que nos ayuda- mos los unos a los otros. Por eso me he animado a escribir este artículo, para agradecer- les a todos cómo me han ayu- dado a salir hacia adelante. Gracias a mi querida fami- lia de PRODE.

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EXPERIENCIAS PERSONALES

Reviviendo la feria

Mudela y, finalmente, antes de llegar al final de la calle, se instalaban las tómbolas, después, más adelante, los cacharritos, las casetas y los lugares destinados al ganado. ¡Qué tiempos aquellos, qué alegría, era fiesta! Era un momento muy espera- do, de los pocos que enton- ces había para divertirse. «A lo largo del año íba- mos ahorrando en una al- cancía lo que podíamos y se rompía para la feria y poder disponer de unas ‘perrillas’ y poder subir a los caballi- tos, el circo o comprar al- guna cosa». Todavía hay algunas personas que con- servan esta costumbre. «Había tiovivos que en aquellos entonces eran de

madera y, como niños que éramos, empujábamos los caballitos para que cogie- ran velocidad y nos subía- mos rápidamente hasta que paraban para volver a empezar». ¡Era muy divertido! «Nosotros veíamos el mundo con ojos de niño y nos llamaban la atención

que se llevaban allí, porque además de fiestas eran fe- rias y los tratos de ganado se cerraban cuando habían ajustado el precio con un fuerte apretón de manos». Entonces se celebraban corridas nocturnas y había en el recinto ferial circo y teatros, entre ellos el Tea- tro Chino de Manolita Chen que tanto llamaba la aten- ción por ser adelantado a su tiempo en cuestión de representaciones de espec- táculos del género Revista. Pero alguien dijo: «La mala noticia es que el tiem- po vuela. La buena es que tú eres el piloto». Cada uno de nosotros puede pilotar su «avión» hacia la felicidad y emplear sus recuerdos para disfrutar de ella.

¡Qué recuerdos, qué diferente era todo!

DIEGO Y LOLA Unidad de Mayores Pozoblanco

«¡Ahhhh, qué recuerdos, qué diferente era todo! Se vivía la feria tan distinto…». Empezaba unos días an- tes, cuando llegaban los puestos del turrón y se iban colocando a lo largo de la calle Feria, desde el Ayun- tamiento hasta el recinto ferial. Había puestos de mantas, cacerolas, botas que traían desde El Viso, cazuelas de Santa Cruz de

Cada uno puede pilotar su «avión» hacia la felicidad

muchas cosas; nos gustaba acercarnos al lugar donde se hacían los tratos de com- pra-venta de los animales

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Todos los años, el 9 de mayo, Pozoblanco, y en especial el barrio de San Gregorio, se engalana para celebrar su feria chica San Gregorio, en blanco y negro

La dueña de la peluquería era francesa y se llamaba Lucrecia Roche, era unamujer muy encantadora. Su hijo Luis era el profesor encargado de las clases de teórica, Mari Carmen era la encargada de las clases de belleza y Paloma se encargaba de darnos clases de esteticién. Recuerdo estos años con mucha alegría. Gracias a los estudios que allí adquirí he podido dedicarme durante gran parte de mi vida a esta bonita profesión. Un saludo de Paqui. no se ha podido celebrar la fiesta fue durante los años de la guerra civil española. Antes de ésta había una es- tatua de San Gregorio, cuyo medio cuerpo inferior era de madera. Al estallar el con- flicto, unos milicianos, no se sabe exactamente quiénes, destrozaron la imagen en los poyetes de la ermita. A partir de ahí la zona paso a ser una intendencia del ejército para administrar comida al pue- blo. Nosotros, como niños que éramos, entrábamos y cogíamos chocolate y los sol- dados, para asustarnos, nos metían en los cajones. Cuando terminó la guerra volvió a normalizarse su uso y volvió a celebrarse. El barrio ha sabido conser- var la ermita y la tradición tal como estaba, aumentando su importancia y convirtién- dose en fiesta local. Viva San Gregorio y que siga su bonita tradición. Atentamente, una vecina orgullosa de su barrio.

ANA BELÉN DELGADO UED de Dos Torres

FRANCISCA LESMES BERNI Residencia Ilunion Sociosanitario Baena Queridos amigos: Mi nombre es Francisca Lesmes Berni y soy de San Sebastián de los Ballesteros, un pueblo de la provincia de Córdoba. Mi vida la he dedicado a la labor de peluquería. Desde muy pequeña me ha gustado peinar muñecas y hacerles pelucas de lana. Con el paso del tiempo quise estudiar peluquería y ba con nueve días de novena, en los cuales los vecinos a la hora de la novena paraban su rutina, cogían las sillas de su casa y asistían al novenario. Durante esa fecha la gente ponía sus mejores colchas, pañitos y cojines, se arre- glaban las casas y se ponían preciosas, como escaparates, para que los asistentes a la consiste en una misa durante tres días. La última noche del triduo, con el estandarte en la puerta y el tambor repique- teando, se quema un corcho donde saltan los mayores y los niños mientras arde. A continuación, se quema otro corcho en la casa del Herma- no Mayor de la Cofradía. Se ofrece un aperitivo tradicio- nal con una copa de vino, al- tramuces y garbanzos. Antiguamente, se celebra-

Soy nacida en Pozoblanco, cuento con 84 años de edad y una memoria, gracias a Dios, muy buena. Pertenezco al barrio de San Gregorio, de lo cual estoy muy orgullosa y os quiero contar un pedacito de su historia. Para muchos vecinos del pueblo, San Gregorio es igual a la feria chica de Pozoblan- co, pero no saben de dónde viene esta tradición. Os voy a empezar contando cómo se celebra actualmente. Todos los años, para el 9 de mayo, el barrio se engala- na para celebrar la procesión a San Gregorio y asistir a la misa y fiestas. Durante los días 6, 7 y 8 de mayo se hace un triduo, que

mis padres decidieron que me fuera a Madrid a estudiar. Por las mañanas dedicaba mi tiempo a cuidar a un niño pequeño y por las tardes llevaba a cabo el curso de peluquería. Allí aprendí mucho. Me encantaba, sobre todo, hacer recogidos. Hice muchas amigas en Madrid, muchas de las cuales todavía conservo. Siempre recordaré que las propinas que me daban las clientas las gastaba en comprarme algún dulce. novena se acercaran a coger hojuelas y buñuelos que los vecinos del barrio ofrecían. Pero… ¿de dónde viene toda esta Fe al Santo? Cuenta la historia que hubo una plaga de saltamon- tes en Pozoblanco y la gente se encomendó a San Grego- rio, que obró el milagro de salvar al pueblo de esta plaga. El único período en el que

Historia de una peluquera

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EXPERIENCIAS PERSONALES

Emigrante. Gracias Bélgica LISARDO OLLERO UED de Dos Torres

mana y le expliqué que iba allí no para robar, sino en busca de trabajo. Así comenzó nues- tra aventura en Bélgica. Al día siguiente de nuestra llegada ya estaba trabajando. Mi mujer, sin embargo, tardó unos 20 días, y a punto estu- vo de echarla la policía belga a los cuatro días por no tener contrato. Ella trabajó en casa de unmédico, cuidando de sus hijos y haciendo las labores del hogar. Los 39 años estuvo en la misma casa, por lo que hici- mos muy buena amistad con la familia, que vino a vernos a España en dos ocasiones pos- teriormente. Yo era trabajador en una fundición de Zinc, plomo y cad- mio, entre otros metales. Tra- bajábamos tres o cuatro horas al día y cada 9 días teníamos uno de descanso. En la fundi- ción había una temperatura

de casi 1.000ºC, y se estaba expuesto a muchos residuos tóxicos, por lo que no se podía trabajar más horas diarias. Nos pagaban muy bien, unos 30.000 o 40.000 francos por mes (un franco era más o menos 4 pesetas) porque era un trabajo muy duro y peligro- so. Dos compañeros se murie- ron delante de mí por paros cardíacos debido a las condi- ciones extremas del trabajo. Había otros paisanos de mi pueblo que no trabajaban casi nunca, se daban de baja y se iban a jugar a las cartas, cuando me veían pasar con la mochila de trabajo me decían: «Ahí va el esclavo». Aprendimos a trancas y ba- rrancas un poco de francés, pero en la fábrica éramos to- dos inmigrantes: italianos, ma- rroquíes, austriacos… Excepto un jefe que era belga.

Recuerdo el país conmucho cariño, teniendo trabajo, todo el mundo te trataba muy bien, son personas muy educadas. Allí nació mi único hijo, que tie- ne nacionalidad belga y sabe francés muy bien. En la embajada española organizábamos muchos bai- les, comidas y pasábamos la Nochevieja allí. En una ocasión pagué 37.000 francos para in- vitar a la familia que tenía tra- bajando en Alemania (que no tenía tan buenas condiciones) a pasar la Nochevieja allí. Para mí, Bélgica ha sido el mejor país del mundo. Allí hi- cimos una asociación que se llamaba «Unión deportiva es- pañola de Lieja», con más de 300 socios todos ellos españo- les. Realizamos muchas activi- dades comunes como viajes y conciertos. Contratamos a artistas de la talla de Antonio Machín, Peret o Isabel Pantoja para realizar conciertos organi- zados por nuestra asociación. Recuerdo que Antonio Machín cobró unos 600.000 francos en aquella época, alquilamos un palacio de congresos en Lieja y pasó la noche entera con no- sotros, además de cantando, contando chistes y hablando con nosotros. Isabel Pantoja en aquella época era muy joven y fue a dar el concierto a Bruse- las. Nos llevamos un trocito de España allí y fue todo un éxito. Sólo le puedo reprochar una cosa a Bélgica: la comida, como la española ninguna. Como consecuencia de mi trabajo en la fundición tengo problemas en la garganta. He tenido secuelas en la laringe y pasé dos años yendo y vinien- do del hospital. A pesar de ello, no me arrepiento de nada. Gracias, Bélgica, siempre te estaré agradecido y tendrás un hueco en mi corazón.

Treinta y nueve años en Bélgi- ca, todo eso llevo a mis espal- das, y hoy lo puedo contar con orgullo. Con 22 años, después de venir de Marruecos donde fui a hacer la mili, España esta- ba sumida en una crisis, en la que no había trabajo. Mi her- mana mayor, que ya estaba trabajando en el extranjero, me mandó una carta dándo- me su dirección y ofreciéndo- me un porvenir. Sin pensarlo, allá que fui- mos. Estaba recién casado, así que nos fuimos mi mujer y yo. Cogimos un tren hasta París, y otro de París a Lieja. En este último, la policía nos quería echar porque sólo llevábamos 2.000 pesetas y se pensaban que íbamos a robar. Le tuve que enseñar la carta demi her-

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La decisión más importante de mi vida

ANGELINES ORTIZ CR San Rafael de Córdoba

Buenas, queridos lectores de ABC. Mi nombre es Angelines Ortiz y os quiero contar una parte de mi vida. Hace tiempo, y al fallecer mi ma- rido, tomé la decisión de irme a una residencia, pues no podía soportar es- tar en una casa donde fui tan feliz con mi familia. Mis hijos habían formado sus propios hogares y yo no quería ser una carga para ellos y que estuvieran tranquilos de que estaría en una resi- dencia bien atendida. Nada fue más acertado que venir- me a la residencia Vitalia San Rafael, donde me encuentro acompañada y atendida por personas cualificadas que están pendientes de nosotros. Tengo muy buenas compañeras con quienes paso muy buenos ratos e incluso divertidos. También hacemos excursiones a diferentes lugares. Estoy muy contenta de haber toma- do esta decisión, y agradezco a todo el personal la amabilidad con que nos tratan, pues me siento muy respetada y querida.

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