la labor beisbolera de los "Gigantes", y además a investigar
cuáles son los deportes del país y quiénes pueden ser consi
derados como sus mejores exponentes, entendí que era uno
de mis deberes conocer personalmente a Ribalaigua y preci
sar en qué consistía su superioridad. Inmediatamente me in
formaron que el maestro actuaba en el bar del "Florida",
donde le encontré vistiendo el irreprochable jacket y el de
lantal blanco que son símbolos de su profesión.
El repertorio de Ribalaigua, según me informó éste a los
primeros momentos, comprende los tres cocktails más popu
lares de Cuba: el Daiquirí Número 4, el Presidente y el Pe-
pln Rivero. Constante es el inventor de los tres. La fórmula
del Daiquirí Núm. 4, que el propio campeón tiene por su
chef d'oeuvre, viene a ser la siguiente, tal como la escuché
de sus labios: Dos onzas de "BacardI", que se agitan en una
cotelera. Se agrega una cucharadita de azúcar granulada
muy fina, para sumarle después otra de marrasquino, o sea,
este cordial fabricado con cerezas silvestres de Dalmacia.
Mézclese con todo el jugo de una media naranja lima. Y
complétese la medida con hielo muy fino, tan fino que esté
casi pulverizado. Coloqúese después la cotelera en una de
esas batidoras eléctricas que tienen todos los buenos bares,
y en las que se preparan los chocolates y brebajes semejan-
tes. Tres minutos allí. SI no se
dispo.nede batidora eléctrica,
se ^usa una cotelera corriente, pero entonces por un minuto
más. Se hielan los vasitos en que se vaya a tomar el cocktail,
y se sirve el Daiquirí Número 4.
Después de que Constantino me hizo probar varias de sus
creaciones, tuve que admitir por mí mismo su innegable su
perioridad. No sé cuanto cobra. Pero creo que tiene derecho
a pedir aumento de sueldo, antes de firmar el contrato para
la próxima temporada.
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