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Los meses de Mágina
De julio y agosto,
se quema mi anhelo;
aunque muy frío el mosto,
solo es mi consuelo:
Ver rojo noviembre,
de arce y de madroño.
Querido septiembre,
peinado de otoño
desde aquí a diciembre,
se espera el retoño,
que crece en enero
con savia en su vena.
De flor altarero,
abril encadena,
preñando los prados
y mis sentimientos;
tan abigarrados,
sin afinamientos.
En duro divorcio,
con pulcros jardines,
y en pleno consorcio,
con los chamarines,
del fuero campestre,
del monte y aguaderos,
y el lirio silvestre,
para los jilgueros.
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Cantores de mayo,
volando los valles,
galopa el caballo,
cruzando las calles,
galán, gitanillas
y olor a jazmines.
Hermosas chiquillas,
tocando violines,
la banda pasando,
…San Juan y Don Junio
los sueños soñando,
noche en plenilunio.
Quedó atrás febrero,
de lluvia indecisa.
Se va el cosechero,
calmada su prisa,
de aceituna ansiada,
allá en la almazara.
Campiña sembrada,
marzo de alfaguara,
de hinojo… espárrago,
de junco… amapola,
tupido y fárrago,
de suave aureola .
Llegará mi octubre,
el más deseado,
airoso y salubre.
Paisaje encantado,
que guarda el poeta,
en su alma secreta.