REFLEXIÓN SOBRE UN POEMA
¿Cuantas veces convinimos que la generación de los 60 o los 70, hemos estado
estrictamente supeditados a la voluntad de nuestros padres y ahora, al comienzo de
los años 2000, a la de nuestros hijos?.
Añoro con melancolía aquellos años de juventud rebelde, haciendo frente a una
ley severa por la dictadura de Franco, realmente tomaban valor nuestros amoríos
clandestinos, no exentos de pasión, entonces sentía un gran cobijo en la amistad
llana y sencilla que apoyábamos unos pocos amigos.
Ahora tenemos tantas cosas, tantos medios, tantos recursos... pero aun así creo que
el ser humano se siente solo, más solo que nunca, porque tan malo es padecer la
miseria, como navegar rodeados de materia y sentir avaricia hacia ella.
No sé si es que antes no nos enterábamos, o es que hoy con tantos medios de
comunicación, se conocen las estadísticas de las desavenencias matrimoniales, con
maltratos corporales y muertes, estas situaciones aumentan cada vez más en una
sociedad incapaz de poner soluciones, no sé si estos problemas se producen por las
economías estrechas, o por ansiedad, porque vivimos demasiado deprisa, o por un
mal reparto de deberes y derechos...No sé...
De cualquier forma hemos de plantearnos si este mundo basado exclusivamente en
el consumismo, donde nos meten tantas necesidades que apenas el sueldo nos llega
a final de mes, es mejorable con un cambio de conducta basada en las relaciones
humanas; a estas alturas, ¿podremos conformarnos con menos?.
No soy filósofo ni portador de razones, en todo caso quiero contaros un poema
que trata de la melancolía que siento a mis años de juventud.
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