Veneno en los campos
Vi los olivares sin labranza,
y la hierba seca antes que el sol la quemara,
y un jilguero en silencio cuando perdió su crianza,
y una liebre muerta antes de su caza,
y aceite PURO DE OLIVA en la tienda de la plaza,
y un poema que decía:
Y el alma REBELDE que llevo dentro,
no pudo callar:
…Soy el que vio tu pueblo desde el camino,
y el espejismo de tu ser inquieto.
Desde la sencillez, en ti adivino:
gracia, finura, talento, respeto.
…Mira con asombro el lugar
al detenerse en el camino,
pintado de blanca cal
y de balcones floridos,
de campo de dorados trigos,
de cielo azul, de romero y de tomillo,
de verde aceituna, de mañana y de rocío.
De montes grises, de agua clara del río,
de chicharras, de nubes y de pino,
de sueños, de niños y pajarillos,
de luna, de recuerdos y de olvido.
Desde el camino, al fondo, ha visto,
un pueblo a la sombra de un olivo.
Soy de tus campos, vivo bajo el pino.
Vi marchitar las rosas bajo el seto,
y lirios morir por cruel inquilino,
que esparce veneno a siniestro en reto.
¡Déjame entrar en tu pueblo de olvido!,
oliendo a tomillo, a rocío, a romero
a campo silvestre, a campo florido.
Desde la sabia que aviva mi esmero,
de ser indomable al fuero escogido;
cogeré mi color: ¡verde!, ¡...te quiero!.
ROCIO MORENO
ANTONIO PEREZ
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