Al cazador
Salió por hierba la liebre felina,
escopeta y cazador a su encuentro,
cual si la vida fuera una cortina,
muerta yace en disfrute del adentro
Bebió la perdiz agua cristalina,
del riachuelo en el posadero centro,
romperá el vuelo bajo la colina,
por llegar la visión a su concentro.
¡Dejad la vida al matador hambriento!,
¡corred, volad el espacio campestre!
y la razón, libre en pro del aliento.
Muera injusto placer del sentimiento,
volverá el bullicio del ser rupestre
y el paisaje agónico a su contento.
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