Criticón comunista,
del rico en la fiesta;
camuflado en la orquesta,
a seguir la pista,
y engordar la lista
de intrépidos burgueses,
heredando los meses…
Acomodo y relajo,
y el mejor trabajo,
ordeñando sus reses.
Criticón comunista,
culebrón...enreda,
con guantes de seda
y cuadros de artista.
Infiel y marxista,
doblegando el cuello,
a la sombra y el destello
del locuaz camarada,
en la casa confiscada
y el salón más bello.
Criticón comunista,
saboreando el vino,
que guardó el adivino,
para el conde idealista,
al volver triunfalista,
de la caza del gamo.
Cuanto más reclamo:
¡…Gavilán…zamacuco!,
amañando el truco,
para ser el amo.
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