PEDRO GUTIÉRREZ
57
de Lavapiés, donde siempre brotaba la añoranza por
nuestra amada tierra.
En la máquina reproductora de discos escuchábamos
cantares andaluces.
A MI ANDALUCÍA
Entre vides, olivares,
soleá y fantasía,
se mece en sus verdes mares
mi morena Andalucía.
De mi corazón gitano
repleto de sentimiento,
brota un quejío lejano,
lo deposito en el viento.
Que presto ruge furioso
y en ferviente galopada,
lleva el quejío a mi amada
en un gesto generoso.
Ella el viento me devuelve
con un beso enamorado,
al recibirlo me envuelve
en el sueño deseado.
La voz desgarrada del cantaor Pansequito llenaba
el aire y nuestros corazones, mientras decía:
"Yo no sé lo que es la pena,
vivo en continua alegría,
tengo una novia morena,
que se llama Andalucía."
"Anda ve y dile al maestro,
que te ha enseñao a querer
que te devuelva el dinero
porque a ti no te ha enseñao bien."
En aquellos años Madrid era una ciudad acogedora, donde
la frase "De Madrid al cielo" no estaba lejos de la
realidad, por eso nosotros, siempre que podíamos, nos
íbamos a nuestro pueblo andaluz, que era nuestro
verdadero cielo.