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ENTREVISTA
las
Comerse
palabras
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Al hacer la compra, siempre olvida…
Siempre me olvido de algo y luego mi marido
me regaña...
Puestos a maridar, ¿con qué no se casa
usted?
Con las malas formas o la mala educación.
Ocurre pocas veces pero cuando pasa una no
sabe cómo actuar.
En su mesa nunca falta…
Una sonrisa de bienvenida.
¿Asar, freír o cocer?
Depende del día y del tiempo. Ahora apetece
más asar un buen cochinillo, un cabrito o
unas manitas de cerdo deshuesadas como las
que hemos incluido hace poco.
De todas las especias de la cocina, ¿cuál se
llevaría a una isla desierta?
El tomillo o el comino, por si consiguiera
pescar algo darle un poco de sabor.
Su bocadillo favorito es de…
De chorizo. Me encanta y me recuerda a los
que me ponía mi madre al volver del cole.
Aún hay tardes en las que llego a casa sin
haber almorzado y me tomo uno con un vaso
de leche.
A usted, ¿de qué le dan la lata?
Los señores mayores con el melón, siempre
me piden que sea bueno y que lo quieren
probar antes...También me dan la lata las
señoras que me piden que no les ponga tanto
vino a sus maridos porque les tienen que
durar mucho tiempo para que no les quede
solo media pensión (risas).
Si se derrama vino en la mesa, ¿qué hace?
Si es un poco no pasa nada y se cubre con un
pañito y si es mucho se cambia el mantel. Si
se mancha el comensal, le damos una camisa
y le lavamos la suya sobre la marcha para que
se la lleve limpia y si se tiene que ir antes se
la enviamos a su casa.
Improvise una cena en un periquete…
Queso brie con uvas.
Su bar de siempre, al que siempre vuelve…
Solemos ir mucho a la Abacería de San Loren-
zo de Ramón y en Triana, al Blanca Paloma
a ver a Manolito. También a La Resolana, en
Salteras, de los hermanos Reyes.
Un amigo en esta profesión…
Manolo Bejarano, del Blanca Paloma y los
hermanos “Golondrina”, Carlos, Pepe y Paco
Arcas.
Una tapa clásica que le da pena que esté
desapareciendo.
La sangre encebollada.
Una tapa moderna que no debería existir.
Si están será por algo. A mí como me gusta
todo...
El final más dulce que recuerda…
Cuando echo la persiana y me voy a casa a ver
a mis niñas.
/ ¿Quién es?
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El barrio que la vio nacer, Triana,
fue el que supo encaminar su vida
profesional, tan alejada de los
estudios de Empresariales que
cursó en la Universidad. Begoña
Barquín se crió en el barrio de
San Lorenzo y cada día cruzaba
el puente para estudiar en los
maristas. En esta orilla del río
encontró su primer trabajo en el
mundo de la hostelería en un bar
de Rodrigo de Triana en el que
hacía un poco de todo, como aho-
ra hace en el establecimiento que
montó con su marido, José Juan de
la Chica, hace 8 años. En Victoria
8 compagina su trabajo en la sala
del restaurante con la gestión
de las reservas, la compra de los
productos y la supervisión de cada
detalle, y se ha ganado un hueco
en el corazón de sus clientes con
esa sonrisa franca y sincera con
la que atiende a cada uno de sus
comensales. Hace un año estrenó
maternidad por partida doble y
sus mellizas, Alegría y Begoña,
han llenado de una nueva ilusión
cada cosa que hace.
Begoña Barquín Molero, copropietaria y
responsable de sala de Victoria 8