Leyendas de Mágina
171
media hora de la cita, cuando observé como “Virgil”, salía de la bascula y se dirigía hacia nosotros,
rápidamente me dirigí a la pareja avisando del peligro; pero no podía imaginar que la polla de mi amigo se
pusiera tan grande, tanto lo fue, que no la pudo sacar de su sitio y aconteció el descubrimiento por parte de la
autoridad competente.
Las familias muy apesadumbradas y en favor de la dignidad y la castidad, yo diría hipocresía, decidieron
castigar severamente a la pareja, enviando a Mari Paz, hoy Pacificación, a un convento de monjas de clausura
y al “Chato”, hoy Francisco, a un convento de monjes. Así se encarceló severamente en el infierno, una de
las gracias naturales más placenteras del único paraíso que conozco.




