Leyendas de Mágina
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habla a la tercera noche".
Martos, que así se apellidaba
el que era Santero de Cuadros en aquellos
momentos dio fe de ello.
En la década de los años "Cincuenta", el entonces
Cronista de la Villa de Bedmar, don Narciso Mesa
Fernández, acompañado de su familia , llegó cierto
día para aposentarse en el Santuario, ilusionados
con la esperanza de pasar unos felices días de
vacaciones junto a la Virgen. Pero el santero les
advierte de la existencia por aquellos pagos y
huertas de un grave contagio de conjuntivitis entre
la población infantil. La familia veraneante lleva
cinco hijos, uno de ellos de pocos meses y
confiados en la Virgen decidieron quedarse. A los
pocos días el niño menor tiene los ojos inflamados
y supurantes. Fue
tratado inmediatamente con los
medicamentos
más indicados por consejo de un
facultativo, pero pasan los días y la infección no
solo no desaparece, sino que se agrava, por lo que
deciden trasladarse rápidamente a la Capital en
busca de un especialista. Mientras el padre va en
busca de un taxi para hacer el viaje la madre con el
niño enfebrecido, en brazos, entra a despedirse de
la Virgen de la mano de otro hijo de poca más
edad, niño tímido y miedoso. La nave de la ermita,
ya anochecido, no tiene más luz que la que le
prestan unas
"mariposas"
que hay al pie del altar de
la Virgen. Al terminar sus plegarias la madre
intenta retirarse, pero el mayorcito de sus hijos le
dice que
quiere
quedarse allí rezando por la
curación de
su hermano.
Al salir, ya
con los
últimos
claros del día,. la madre ve como la inflamación de
los ojos de su hijo ha desaparecido. que no existe
supuración y tampoco fiebre. El padre que ha
vuelto ya lo comprueba Permanecen intranquilos
en el Santuario, mientras
que
el niño duerme
con
tranquilidad toda la noche. Al día siguiente el
médico duda que haya existido la enfermedad,
pues los ojos del niño nada le dicen.
Sin ningún género de dudas, por esos milagros que
hoy relatamos, merece Nuestra Señora de Cuadros
el título de Milagrosa Imagen.