Rutas del Poeta-Mágina
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¡Manchegos, caminantes!,
de "Las Pilas" a los pinos.
¡Bizarros, rocinantes!,
de gloriosos destinos;
no la suerte…capotazo,
tal vez…don trabajo,
capital… un lazo,
el tesón y un diente de ajo,
bajo almohada de los sueños,
hechizando a los señores,
como zánganos risueños,
de rosados colores,
entre gambas ... buen vino,
viendo pasar las mozas,
a la puerta del casino,
sobre blancas carrozas;
cada vez más obesos,
para sí la agricultura,
toparon con sus huesos,
bajo la fría sepultura;
quedó: el árbol, la madera,
el hombre, su mente,
su sangre, su bandera,
y el alma doliente
por altanera codicia,
que corre como veneno,
por venas de inmundicia,
sin timón… en desenfreno.
En estos primeros pinos,
¡quede la negra fortuna!,
minando aquí los caminos,
entre matorral y aceituna,
hacia la olvidada cueva,
donde se perdió la cabra,
y en pureza y buena nueva,
¡ojalá de amor se abra!,




