Previous Page  50 / 172 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 50 / 172 Next Page
Page Background

REINA O SIRENA

49

Antonio Pérez

Mancha Real

Soñar despierto es algo que me propongo con

frecuencia, sobre todo cuando estoy solo y nadie

me habla; entonces doy rienda suelta a mis

pensamientos e imagino acontecimientos muy

alejados de la realidad, pero llenos de optimismo y

emociones.

Nunca me cansé de escuchar aquella dulce

melodía, de mi musa, reina del escenario y ver

bajar y subir el telón entre calurosos aplausos, de

un público entusiasmado por haber sido feliz con

la voz de la mejor cantante sobre la Tierra.

Era para mí un sueño, tener entre mis brazos la

cintura de aquella mujer de pelo negro, ojos

oscuros, labios rojos… Más que una mujer, era

una diosa que me hacía sentir las mejores

sensaciones, cuando me hundía en su cuerpo

pletórico de fantasías sexuales, tras cerrar el

camerino del concierto. Nunca sentí un placer tan

celestial, cuyo gozo superaba un efímero derrame

de semen. Aquello... El Paraíso. Así lo imaginaba

mi pobre concepción sobre la continuidad de la

vida en la Tierra.

Como iba a imaginar que una sirena desvanecida

en la playa de una isla alejada del mundo

civilizado, fuera superior a la raza humana. La

encontré agonizando, como un pez fuera de su

hábitat. Las escamas de su medio cuerpo hacia

abajo, estaban secas. Comencé a darle agua de mi

mochila y algunos alimentos que guardaba; al poco

tiempo la vi reaccionar positivamente. Bajo sus

escamas se escondían unas piernas angelicales,

jamás vistas por mis ojos.

Dejó de ser sirena, para ser la mujer más bella del

mundo... Me miró tiernamente... Sentí una

atracción que no podía contener. Mis labios se

fundieron con los suyos sin mediar palabra, y cada

vez que hacía el amor obtenía mayores placeres.

Un día salió la voz de su boca para cantar en

concierto divino… Los violines: gorriones

malteses; los tambores: olas chocando contras las