ODÍN
47
Antonio Pérez
Mancha Real
¿Qué pensará mi perro? Cuando le observo con su
mirada fija al camino de mi casa; tal vez,
esperando su amada hembra que nunca llega.
Solitario perro tras una reja...Guarda nuestro
jardín. Ladra a todo lo que pasa. Cuando le
ofrezco unos pocos huesos de las sobras de mi
casa, mueve el poco rabo que le cortaron para
realzar su raza. A veces ladro como él, para hacerle
compañía… ¡Que tonterías!, piensan algunos,
otros ríen… ¡Claro está!, estamos en un mundo
lúcido y se me está yendo la cabeza… Dicen: "lo
que tienes que hacer es adiestrarlo" (para que
realice como un robot lo que le mandemos).
Pienso en mi perro como un ser de otra especie. A
veces corre tras de mí. Me muerde suavemente sin
querer hacerme daño. Toca su cabeza mi cuerpo si
no le acaricio. Nunca le enseñé trotar a mi lado, si
doy vueltas corriendo en la pista de tenis de la
casa; y no todas las veces viene cuando le llamo.
¡Bueno!, ya dejo de escribir...Está tocando los
cristales de la ventana... Quiere que salga a jugar, a
soñar;
pero
estos
sueños
no
los
cuento...Desgraciadamente vivo en un mundo
demasiado serio, afanado en lo material… Lo mío
no tiene importancia…¡¡¡Yo estoy loco!!!
Os cuento cierta conjetura en un momento de
lucidez:
"Anduvieron los perros como animales, allá en los
altos, en las colinas y contaron sus sueños a todos
los humanos que vivían como robots, presos de
sus jerarquías, de sus soledades, de sus hipocresías,
de sus infiernos..., donde ya no quedaba espacio
para soñar"