una nota de modernidad en las simples bebidas primitivas y
los claros esfuerzos y el talento privilegiado de Constante
han ido convirtiendo este rincón glorioso de La Habana en
un refugio ogaño, de finanzas, de arte y de poesía.
Literatos, periodistas, pintores, artistas, actores, actrices,
músicos y cantantes, tienen allí sus pequeños clubes de re
unión; los hombres de negocios, hacendados, banqueros,
financieros, corredores, etc., alli se reúnen también; y la
mujer, el "flirt" y el amor no faltan tampoco a la cita. De
aquí la poesía.
Porque el "cocktail" moderno es la poesía del alcohol.
Es como el perfume sutil de una rosa... Es la esencia de una
vibración y de una sensación exquisitas. El fino cristal de la
copa del "cocktail", permite observar la dura vida de una
manera grata. El paisaje es más bello. El dolor es menos
fuerte. El amor es más dulce y más tierno.
"Cocktail es espiritualidad. Grandes revistas norteame
ricanas e inglesas escribieron—al comenzar en Estados
Unidos la Ley Seca—que "afortunadamente para las gene
raciones presentes y futuras, el arte del "cocktail" se con
servarla—como la cultura antigua en Europa durante la
invasión de los bárbaros—en dos templos sagrados: el "Bar
American" de París, frente a la Gran Opera, al fondo del café
de la Paix, y el Bar-Restaurant "La Florida", en La Ha
bana, Cuba".
Y así fué.
Ogaño—como hace ya más de un siglo—y sobre las mis
mas viejas piedras de "La Piña de Plata"—la ¡Catedral del
"Cocktail"! en la que oficia Constante, se alza frente a las
calles cargadas de tradiciones, para deleite de los buenos
catadores y continúa siendo lugar predilecto, donde damas
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