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alejado posible del adoctrinamiento típico del régimen franquista. aho-

ra, viéndolo con distancia, creo que en cierto modo tenían mitificada la

figura del Instituto-Escuela y de sus excursiones. algo lógico, dado el

sufrimiento que habían atravesado durante la guerra civil y el cambio

brutal que había sufrido el país desde la época de la república. Yo creo

que eso es lo que intentaron: vieron una alternativa interesante en el

nuevo centro de enseñanza que surgía.

Carlos Hernández Quero:

Concluyes los estudios preuniversitarios en

1967, tu experiencia en “Estudio”, por tanto, se remonta a las sedes

de Oquendo y Miguel Ángel. ¿Cuál es tu recuerdo de aquellas prime-

ras sedes del Colegio?

Helios Sainz Ollero:

tengo unos recuerdos bastante borrados. Como una se-

rie de pinceladas. Me acuerdo de oquendo: un hotelito de la colonia de

El Viso, con un jardín polvoriento y con los árboles distanciados unos de

otros, parecido a una dehesa, y plagado de niños que jugaban en pandillas

en ese espacio. también me acuerdo mucho del trabajo con las fichas ilus-

tradas con recortes de periódico. Hace no mucho tiempo falleció mi madre

y todavía al vaciar la casa familiar han aparecido un montón de carpetas

con los recortes de los periódicos que íbamos atesorando a lo largo del

año para luego utilizarlos en las ilustraciones de las fichas de clase.

de Miguel Ángel tengo sobre todo un recuerdo ligado a la estética

de su arquitectura grandiosa: las escaleras, la altura de los pisos, etc.

Pero especialmente de las escaleras, porque teníamos prohibido correr

por ellas y la verdad es que se prestaban mucho a ello. Me acuerdo tam-

bién del jardín, claramente insuficiente y pelado, en el que estábamos

hacinados todos los estudiantes en los momentos de descanso. no me

olvido tampoco del proyector de opacos: una especie de herramienta

diabólica que nos daba grandísimas satisfacciones en una época en la

que no había televisión y apenas había imágenes. Era un instrumento

básico para proyectar los libros en las clases de arte, Ciencias naturales

o Geografía. recuerdo la sala de profesores, que los alumnos visitába-

mos cuando alguno hacía alguna barrabasada. Y, ¿cómo no citar el aso-

ciacionismo que se promovía y en el que participé activamente? El úl-

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Intervenir en el mundo, una actitud ética