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SEGURITECNIA

Abril 2016

Opinión

S

oy joven. También lo soy como

profesional y en algunas de mis

habilitaciones estoy etiquetado

como júnior. Pero aun siéndolo, puedo

asegurar que pienso e intento actuar

como un sénior. Sí, como esos grandes

ejecutivos y directivos de la seguridad

que se reunieron en el I Congreso Nacio-

nal de Formación Reglada en Seguridad

Privada y de los que he podido aprender

una infinidad de conocimientos.

Como asistente, escuchas, retienes y

maceras algunas de las ideas y situacio-

nes vividas en un evento que reunió a la

mayor parte de los actores de la seguri-

dad privada. Una de las ideas que más

clara me ha quedado es que, en cues-

tión de formación, no todo es culpa de

los centros de estudios ni de las Fuerzas

y Cuerpos de Seguridad, quienes presen-

taron algunos datos lamentables pero

necesarios para esta profesión que inten-

tamos dignificar. Da la sensación de que

se va a los exámenes “a ver qué pasa”, sin

la seriedad que merece el sector…

Buenos cimientos

Para poder construir una casa debe-

mos tener unos muy buenos cimien-

tos. En el mundo de la seguridad, esos

cimientos no se adquieren, cuando tie-

nes 18, 30, 40 o 50 años, en un centro de

formación. Se da por hecho que has pa-

sado, al menos, un tercio de tu vida for-

mándote a través de la educación prima-

ria y secundaria, el bachillerato e incluso

la universidad. Por lo tanto, deberíamos

ser consecuentes y saber cuándo esta-

mos preparados para afrontar retos y no

generar una pérdida de tiempo a forma-

dores, examinadores, etc.

Por si esto fuese poco, creamos una

mala imagen del conjunto por ignoran-

cia. Muchos acusan exclusivamente a los

vigilantes de seguridad. Pero la seguri-

dad privada es más que eso: son sus téc-

nicos, abogados, comerciales, adminis-

trativos, operadores, directivos, perio-

distas, ejecutivos… Con datos como los

aportados por la Unidad Central de Se-

guridad Privada se ve claramente, en ge-

neral, un menosprecio del público hacia

la carrera profesional a la que se intenta

acceder.

Cuestión de mínimos

A mi modo de ver, y recordando que soy

júnior, en este sector deberíamos unir-

nos olvidándonos de los colores, cargos,

medallas, conveniencias, etc., y preparar

de un modo más activo a quienes llegan

de otro sector o, como yo, finalizan sus

estudios y comienzan su andadura en

este mundo de la seguridad.

Está claro y demostrado que la ma-

yoría de los españoles y el conjunto

del país funcionan con la maravillosa

palabra “mínimos”. Pero cuando habla-

mos de formación no se puede decir

“pedimos un mínimo”, porque la pica-

resca también está entre nosotros y to-

dos sabemos que un mínimo es cum-

plir, que es más barato y menos cos-

toso que un máximo. Con el mínimo

nos jugamos la seguridad de nuestros

enfermos, mayores o hijos, de una es-

palda escoltada, de una infraestructura

crítica con un Nivel 4 de alerta antite-

rrorista. Como vamos a mínimos, des-

pués no podremos exigir responsabili-

dades al escalafón más débil.

El sueldo de un vigilante de seguridad

no es, para nada, elevado y la buena for-

mación es muy cara. Como aprendí en

el Congreso Nacional de Formación Re-

glada en Seguridad Privada, el dinero

sólo tiene dos opciones: es una inversión

o un gasto necesario. Pero al que menos

tiene no se le puede pedir que lo gaste

en formarse y que limitándose a unos

mínimos muy bajos acabe con una for-

mación similar a la de un funcionario pú-

blico, cuyos mínimos son costeados por

cada uno de los españoles.

Dignificar el sector

Tengo 25 años y empecé en el sec-

tor hace seis como auxiliar de informa-

ción. He pasado por puestos como el de

mando intermedio, he vivido la quiebra

de dos empresas importantes y puedo

decir que me he encontrado casi de

todo en este tiempo. Pero, por desgracia,

lo que menos abunda es personal fuer-

temente formado. En mi caso, he llegado

a borrar formación que he ido adqui-

riendo para trabajar en alguna empresa,

ya que abunda la frase “tienes mucha

formación y eso es peligroso para mí”.

No veamos peligrar nuestros sillones.

Formémonos y dignifiquemos este sec-

tor para poder ser más y ganarle la bata-

lla a la ignorancia.

S

Juan Serafín Rodríguez Delgado /

Director de Seguridad

La formación, esencial para dignificar el

sector de la seguridad privada

Deberíamos unirnos y preparar de un modo más activo

a quienes llegan de otro sector o, como yo, finalizan

sus estudios y comienzan su andadura en el mundo de

la seguridad