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C. CHERBUY
CÁDIZ.
Si se habla de Carnaval ya sea
en España, en Europa o incluso en el
mundo, por alguno de los lados se cue-
la la palabra Cádiz. Esta fiesta se ha
convertido en la seña de identidad del
territorio y en algo fácilmente desta-
cable para cualquier turista o visitan-
te. A tal llega su valor cultural, su re-
percusión económica en el conjunto
de la provincia y sus vínculos con otros
carnavales célebres como el canario y
el de Montevideo, que han sido varias
las ocasiones que se ha intentado pro-
mover para convertirlo en Patrimonio
Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Sea como sea Cádiz es Carnaval y el
Carnaval no se entiende sin Cádiz. Una
forma peculiar de vivirlo con un con-
curso de agrupaciones que ha traspa-
sado la frontera gaditana y que ha con-
seguido que estén pendientes de sus
letras. Es común ver sus reivindicacio-
nes en programas de televisión, su crí-
tica ácida de la actualidad y su forma
de reírse de ella atrae y de una forma
que febrero es para Cádiz un revulsi-
vo. Los operadores venden esta fiesta
y sus calles se llenan de curiosos na-
cionales y de otras partes del mundo
ávidos por descubrir más sobre chiri-
gotas y comparsas.
Cádiz vive de forma intensa el Car-
naval y ha conseguido que otros tam-
bién lo hagan. Ha logrado exportar la
fiesta y ese concurso de agrupaciones
se ha convertido en una fórmula que
reclaman en territorios cercanos y
aquellos que no están tan cerca. Un
pito de caña, unos coloretes y ganas
de disfrutar. No hace falta mucho más
para sumergirse en la psique gadita-
na y apreciar una forma de vivir el
Carnaval muy peculiar, tanto que no
existe otro ligar que lo haga de esa
manera.
Todo un mundo con su propia jerga
con sus distinciones con las denomi-
nadas agrupaciones oficiales y calle-
jeras, con todos los municipios volca-
dos en ella, celebrando degustaciones,
escuchando coplas, con la gente dis-
frazada por las calles. Una tradición
que en Cádiz para algunos se convier-
te en una forma de vida, no solo por
cómo lo viven sino precisamente por
todo lo que genera.
Y se trabaja para que lo que da febre-
ro se pueda ver más allá de febrero. Ahí
está el Carnaval de verano y otras ini-
ciativas encaminadas a expandir esta
típica celebración que llama la aten-
ción de los turistas, que ha ido evo-
lucionando y que llega c congregar a
miles de personas en su centro histó-
rico.
Ofertas especiales, hoteles llenos y
refuerzos de transporte públicos para
poder atender una demanda que du-
rante unos días convierte a Cádiz en
el centro de Andalucía. Incluso en pá-
ginas de turismo nacionales advierten
“Si usted también quiere vivir los ale-
gres carnavales de Cádiz, conviene que
realice los preparativos con bastante
antelación, ya que es uno de los acon-
tecimientos más esperados que, cada
año, atrae a miles de personas”.
Si hay una fecha en la que la fiesta
se viste de Cádiz, más que Cádiz se vis-
te de fiesta, es sin duda el carnaval y
aunque su duración oficial es de unos
diez días, comprendidos entre el jue-
ves anterior al miércoles de ceniza y
el domingo siguiente, lo cierto es que
en Cádiz se vive desde mucho antes.
‘Precarnaval’
Sería complicado abarcar tiempo para
atrás en este sentido, porque Cádiz
vive el Carnaval durante todos sus me-
ses, algunos con más intensidad que
otros. Desde septiembre las agrupa-
ciones que van a concursas en las ta-
blas del teatro Falla se preparan y en-
sayan en peñas, locales y asociaciones.
Crean su repertorio, diseñan sus dis-
fraces y preparan todo un entramado
que evoluciona cada año y que gana
en vistosidad.
La gran fiesta de febrero
Loscarnavales sonparteesencial de la identidaddeCádiz
Las Puertas de Tierra dan acceso al paraíso del Carnaval cuando llega febrero.
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ANTONIO VÁZQUEZ
Es la celebración con letras
mayúsculas del territorio
y cada vez está ganando
más peso y repercusión
en el mundo, ya que toda
la provincia se vuelca para
hacerla más grande
Miércoles 20.01.16
LA VOZ
FITUR 2016
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