PEDRO GUTIÉRREZ
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anudado en mi armadura
para que me dé consuelo.
En las noches de campaña
te tendré en mi pensamiento
y pronunciaré tu nombre
para que lo clame el viento.
Deja oculto este tesoro,
devuélveme a la sierra,
quiero una vida sencilla
sin riquezas y sin guerras.
Deseo vivir contigo
rodeada de montañas
a la orilla del torrente
junto a los juncos y las cañas.
Nuestros sueños nacerán
entre las encinas y los pinos,
se elevarán a las cumbres
alcanzando su destino.
Olvidarás tu palacio
y el lujo de sus salones
cuando con besos y caricias
colme todas tus ilusiones.
En las noches silenciosas
te llenaré de placeres
y no necesitarás
el amor de otras mujeres.
Pondremos nuestra morada
en el valle que prefieras,
renuncio a mi reinado
y a las incursiones guerreras.
Pues todos los sentimientos
de tu alma enamorada
valen mas que las riquezas
a la tierra arrebatadas.
La cueva cerró sus puertas
dejando dentro el tesoro
y los sueños olvidados
del príncipe de los moros.