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«Una fiesta tan humana,

canalla, viva, cínica y falsa

como el carnaval va a

evolucionar junto a las

generaciones que lo crean»

CÁDIZ.

Cuesta decidir y clasificar los

recuerdos que pueden definir mis vi-

vencias en carnaval. Pero haciendo un

esfuerzo puedo agruparlos en tres eta-

pas de la vida.

El primero de todos en mi niñez es

con mi padre escuchando a Paco Alba

en un magnetófono, luego aparecen

muchos más recuerdos, a mi hermana

en la cocina enseñándome el tango de

‘gaditana’, a oscuras grabando en un

‘Vanguard’ al Peña y al Masa en ‘Dallas’,

un almuerzo en el Faro escuchando al

‘gato andalú y los ratones coloraos’, po-

licía a caballo por el Campo del Sur

abriendo la cabalgata de las fiestas tí-

picas con los gigantes y los cabezudos.

Cabalgatas del humor con muy poca

vergüenza y domingos de piñata en

el Palillero luchando por coger algo de

lo que caía. Vergüenza me daría ahora

cantar en la clase de 7º de EGB aquel

cuplé de entre ‘Pitos y flautas’ que me

hizo cantar D. Francisco, mi maestro.

En la época adolescente, vulgo del

instituto, pude disfrutar cuando el

carnaval de Cádiz era para los de Cá-

diz, sin aglomeraciones ni botellón

y cacharritos en Santa Bárbara. Salir

con la pandilla de amigos caminan-

do desde la Barriada de Loreto con

disfraces hechos una semana antes y

los tan de moda ahora coloretes pin-

taos; por supuesto el disfraz sólo el

primer fin de semana, el resto de días

vaqueros y unos tenis. Perseguir a los

‘Comboys da pejeta’ de tablao a ta-

blao. Memorizar gracias a Telesur y

el primer VHS el popurrí de ‘Las mo-

mias’. Las primeras noches en la sa-

lita, pendiente de cambiar la cinta de

180 minutos, cinta que to-

davía andará por el sa-

lón de mi madre.

Pero sobre todo

descubrir las

noches para

p o d e r

l l e g a r

tarde escu-

chando tablaos

y las primeras ilega-

les por la zona del corra-

lón. Y descubrí la comparsa gracias

a Martínez Ares; ‘La ventolera’ reco-

rrió la sierra en mi Clio cuando era

maestro interino.

En esa época empecé a notar queCá-

diz se abría al resto del mundo, cada vez

venía más gente de fuera y era más di-

fícil moverte el sábado por

la calle. Descubrí el Falla

yendo dos y tres veces por

año. Primeras invitaciones

a ensayos generales, inol-

vidable el de ‘Los Pira-

tas’, llegué al colegio

presumiendo de haber

escuchado al primer

premio (que luego lo

fue). Dos años trabajando enAyamon-

te nome pudieron desconectar, llegan-

do a ir en coche hasta Isla Cristina por-

que en el piso alquilado no podía sin-

tonizar la radio y quedarme horas me-

tido en el Seat Toledo junto a mi espo-

sa para escuchar ‘La niña de mis ojos’.

Bendito Internet, youtube yOnda Cá-

diz que ahora borran los kilómetros.

Ahora demenos joven vivo y disfru-

to de otro carnaval, ya no me disfrazo

pero disfrazo siempre a mis hijas. Me

escapo conmi esposa a escuchar ilega-

les que sonmi perdición. Evito las bu-

llas y selecciono lo que escucho. Lo que

canto es de hace veinte años, no me-

morizo nada nuevo aunque lo disfru-

to igual.

Si me hacen la pregunta capciosa de

qué carnaval me quedo, no caigo en

el tópico de lo pasado era lo mejor, so-

bre todo porque eso es lo que escuché

a mi padre. Asumo que una fiesta tan

humana, canalla, viva, cínica y falsa

como el carnaval va a evolucionar jun-

to a las generaciones que lo crean. Yo

disfruté y disfruto con cada oportuni-

dad de escuchar algo ingenioso, único

y si puede ser borde, rozando el basti-

nazo.

Y sé que todavía me gusta el carna-

val porque con la edad que tengo, to-

dos los carnavales chiquitos me vuel-

vo a casa pensando lo mismo.

… ¡El año que viene saco una ilegal!

Disfrazado de alpinista en el Carnaval de 1999.

::

LA VOZ

«¡El añoquevienesacouna ilegal!»

«Disfruté en mi niñez

escuchando a Paco Alba;

en mi adolescencia

siguiendo a ‘Los Comboys

da pejeta’ y ahora

selecciono lo que escucho»

Nombre.

José Manuel Verdulla

Otero

Edad.

47 años

Lugar de nacimiento.

Cádiz

Profesión.

Maestro de Ed. Primaria

y Hermano Mayor del Nazareno de

Santa María

Lo que más le gusta del Carnaval.

Escuchar las ilegales en un callejón

tranquilo

Lo que menos le gusta del Carna-

val.

Los que se ponen a hablar al lado

tuya sin dejarte oir nada

DE CERCA

Verdulla, en la actualidad.

::

LA VOZ

JoséManuel Verdulla

S U P L E M E N T O E S P E C I A L

J U E V E S 2 3 . 0 2 . 2 0 1 7

ESPECIAL CARNAVAL

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