VENTANA A LA ILUSIÓN
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María del Carmen Pérez
Baeza
Aquella casa situada en la colina llamaba
poderosamente mi atención. La leyenda decía que
si lograbas llegar a ella, tus sueños y deseos se
harían realidad. No había caminos estaban ocultos,
era arriesgado adentrarse en el bosque y buscar
una señal que me llevara hasta ella. Aun así lo
intenté, pasé horas perdidas; pero un rayo de sol
iluminó el camino y pude llegar a ella. Una vez allí
su belleza y misterio me cautivaron.
Seguí paso a paso las instrucciones que me habían
dado…si lograba llegar.
Lo principal, encontrar la ventana mágica… ésa,
que cuando la abres cualquier deseo se cumple, ésa
que todos quisiéramos tener en algunos
momentos de nuestra vida. La ventana está
situada en el desván, es de madera y un poco
deteriorada por el paso del tiempo, tiene unos
visillos perfectamente colocados y limpios, a
través de ellos se ve un paisaje maravilloso, un
lago azul al pie de unas verdes montañas. Sentía
miedo de abrir la ventana, estaba nerviosa y
ansiosa por ver qué ocurriría. Cuando la abrí, noté
paz dentro de mí, y algo me empujaba a pedir mi
deseo. Podía pedir regalos sueños, ilusiones. Las
ilusiones más bonitas están en los sueños, el mío
era conocer la India.
La brisa daba en mi cara, cerré los ojos, y al
abrirlos me encontré dentro de un exótico país.
Sus tiendas con pañuelos y tapices llagaban las
calles de colorido, sus aromas son fascinantes… te
sientes hechizada con su música y danza.
Es una ciudad grandiosa y bulliciosa. Con cientos
de razas, creencias, religiones y dioses, todo se
mezcla para vivir armoniosamente.
La pobreza es extrema, los niños están en las
calles descalzos y mal nutridos.
Me encuentro con Amir un niño de grandes ojos
negros que juega con una bola llena de trapos a la