PERSECUCIÓN
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como perros desdichados,
de la cuerda maltratados,
rogando suelta a sus amos,
para andar libres sus tramos,
entre olivares y prados.
Aquí la cuerda que ata mi corazón, paso a paso se va
aflojando, para rezagar la muerte.
Aquí respiro, huelo a retama, y mi fantasía danza en
tierra, sol, luna, agua...En toda la existencia.