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PERSECUCIÓN

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Antonio Pérez

Mancha Real

Desde que conocí la selva, gracias a las famosas

películas de " Tarzán"; de vez en cuando mis

sueños se ven sacudidos por manadas de elefantes

y rinocerontes que me persiguen, y cuando me van

aplastar, despierto súbitamente; así mismo ocurre

con las películas de zombis. Los muertos vivientes

salen de sus tumbas; aunque con paso lento,

siempre alcanzan mi carrera veloz, para

encontrarlos detrás de cualquier puerta. Estos

sueños han ido desapareciendo, conforme me iba

haciendo mayor.

Sobre persecuciones, existe un sueño que ha

marcado gran parte de mi vida. Os cuento:

Mi padre tenía la gracia de los "quinquenios "

(quinto hijo barón seguido); según cuentan los

antiguos, podía curar el "mal de ojo". Enfermedad

rara, muy complicada para la medicina natural. El

vecindario lo sabía, y a mi madre le solicitaban

intermediar para remediar algunos casos. Claro

está, sin que mi padre lo supiera. A veces, con una

simple mirada, podría bastar para sanar. Esto se

realizaba de forma altruista; no había dinero por

medio.

Cuenta mi madre que un día le pidió el favor una

señora de Mancha Real, la cual había llevado a su

hijo a muchas consultas médicas, sin resultados

positivos, era una enfermedad desconocida. Lo

cierto es que el niño tenía fiebres altas, vomitaba

con frecuencia y mantenía una tos muy brusca,

quedándose traspuesto en multitud de ocasiones;

si no le daban un remedio con prontitud, el

desenlace podría ser fatal : la muerte.

-Carmela, ¿cuándo llevo a mi hijo para que lo vea tu

marido?

-Lo traes el domingo, al ser su día de descanso, lo verá con

calma- debemos tener precaución para que no aprecie el

motivo de tu visita.

La buena señora preparó a su hijo de la mejor

manera posible, para no apreciar su enfermedad y

se presentó en el domicilio de "Pérez"; así se le

conocía a mi padre en el pueblo. Después de una

conversación de bienvenida, "Carmela", tomó el

niño entre sus brazos y dijo:

¡Que niño tan guapo! Te

lo doy un momento que voy a cambiar la sartén, "vayamos

se quemen las migas

". Se lo entregó a "Pérez"...Su