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OASIS

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este manjar me hizo viajar a un oasis, donde todos

los paraísos vegetales se quedaban cortos.

Navegaba en una barca, bajo frondosas palmeras

datileras, por un río de aguas cristalinas cuyos

peces de multitud de colores, irradiaban en el

musgo, pequeños salpiqué os en su danzad, hacia

una nueva ventura acompañando mi suerte. No

eran aguas turbulentas que rompieran el silencio;

pero a veces, sonaba la orquesta de pequeñas

avecillas entre juncales e hinojos, levantando vuelo

si las miraba aparearse.

Otra barca, en sentido contrario, se veía venir. Se

apreciaba un hombre con aspecto de profeta. Por

estos lares, no podía ser Jesucristo ni Moisés ni

San Juan Bautista...Tal vez… Mahoma... Si, era

Mahoma, llevaba el Coram entre sus manos; más

acorde con el té moruno que había tomado.

¡Magnífica

ocasión para

mostrarle

mis

pretensiones! Su barca paró al lado de la mía;

entonces comenzó la conversación:

-¡Alá es grande! ¿Cómo un cruzado está en el oasis de los

que dieron su vida por Alá?

-Estoy aquí por la bondad y hospitalidad de vuestro pueblo.

-Mi pueblo está avasallado y humillado por los que

abanderan la cruz, no es lógica su compasión con vosotros.

-Yo no abandero la cruz...Abandero la vida en la Tierra, y

otro pueblo vuestro, hermano del saharaui, lo ha echado de

su territorio, sufriendo uno de los mayores éxodos y miserias

de la Tierra.

No mediaron más palabras; Mahoma siguió su

rumbo en dirección contraria. En cambio, aprecié,

las aguas mansas cada vez se hacían más

turbulentas. Perdí el control y el río me llevaba

como un pelele, para desembocar en una enorme

catarata… A simple vista, tan alta como las

desparecidas torres gemelas de Nueva York. Sus

aguas desaparecían sobre una nebulosa blanca, y al

fondo se veía un planeta en forma de esfera,

donde aún se apreciaban mares y masa

sólida...Seguramente, sería la Tierra...De sobra

batiría el record de altura de Baumgartner (casi

40.000 m. en tirada libre), pero de mi cuerpo no se

encontraría un diente para realizar el ADN de

reconocimiento, lo lógico es que todo quedaría en