OASIS
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Antonio Pérez
Mancha Real
La fantasía óptica motivada por la sed y las altas
temperaturas del desierto, normalmente conocida
como "espejismo", es objeto de innumerables
leyendas y sueños, de los pueblos y transeúntes
que habitan o transitan estos lugares inhóspitos.
Cuando las adversas condiciones aprietan, es fácil
encontrar un oasis de fantasía en las tierras
arenosas del Sahara Africano.
He visitado alguna vez el norte de África. Siempre
he deseado conocer el pueblo saharaui de Tifariti,
cuya población de unos 3.000 h. está controlada
por el Frente Polisario. No voy abundar sobre la
historia del Sahara Occidental (antigua colonia de
España), actualmente bajo dominación marroquí,
que como todos conocen, la mayor parte de la
población vive dispersa en campos de refugiados y
luchan por volver a la tierra de la que fueron
despojados.
Cuentan de este lugar, abundan costumbres
parecidas a las de España, y algunos habitantes
conservan los antiguos documentos de identidad y
seguridad social, de cuando pertenecían a la
provincia española. Entre sus hábitos, destaca la
ingesta de té. Se suele seguir una especie de ritual,
en el que se toman tres tazas. Al respecto, existe
un comentario popular: "La primera taza de té es
suave como la vida, la segunda taza de té es dulce
como el amor, y la tercera taza de té es amarga
como la muerte".
Soñé que estaba a la sombra de un pequeño
arbusto, cuyas ramas producían cosquilleos a los
ojos del sol, y no pudiera eludir leves pestañazos,
suficientes para que mi nariz no se convirtiera en
un vigoroso tomate negro, y mi boca estuviera a
tono para saborear el delicioso té, ofrecido por
aquella familia nómada que me había acogido
después de una larga caminata en el desierto. Esta
vez, la tercera taza de té la cambiaron por el hachís
de la felicidad. No era tan perjudicial como el
wiski occidental, haciendo el estómago polvo y
rebajando nuestra cabeza a la de un niño pesado;