SUEÑOS DE UN BORRACHO
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Antonio Pérez
Mancha Real
En un pueblo de la comarca de Sierra Mágina
(Jaén), había un hombre muy considerado por su
talante trabajador, seriedad y educado con todos
sus conciudadanos; pero se cundió la noticia que
por las noches aparecía desnudo en el balcón de
su casa, asustando a todas las mozas que
transitaban por la calle. El muy granuja, exhibía
sus bondades corporales, y algunas mujeres huían
despavoridas, temiendo una violación. Otras más
valientes, volvían a pasar para comparar los
elementos más valiosos con los de sus apagados
maridos. Nadie se explicaba como un hombre tan
cabal y casado, pudiera tener otra personalidad tan
contraria.
La doble personalidad suele ser frecuente, sobre
todo en esta sociedad tan reprimida, donde no
manifestamos nuestro propio carácter, “por el qué
dirán de las gentes”; esta realidad se manifiesta
normalmente en los pueblos donde todo el
mundo se conoce. Es distinto a las capitales...Por
las mañanas puedes ser escrupuloso banquero y
por las tardes estrepitoso roquero; nadie se da
cuenta o no le produce aprecio.
Un día coincidí con tal señor en una celebración
matrimonial.
La
verdad,
se
sentía
a
gusto...Comenzó a beber en abundancia y nos
comentó un repertorio de chistes, propiciando
grandes carcajadas entre la concurrencia; ni el más
famoso cómico nos hubiera hecho tan felices.
Ya de madrugada, volviendo en el autobús,
siguieron los chistes; aunque el vino, el baile y las
risas, pronto menguaron al momento de la
calma...Todos se durmieron; menos mi ánimo que
aún seguía despierto. Nuestro personaje comenzó
a desvelar sus sueños a viva voz, con dos
representaciones: la de él mismo y la de su
madre…
-¡Madre!,¡dame de mamar! ¡Abrázame! ¡Desnudos!
-¡Hijo mío!, ¡por qué desnudos!