tenido del carácter de cada cliente, y del con
junto de parroquianos en general; correcto
en sus maneras, parco en su lenguaje, corto
en sus confianzas para con sus favorecedores,
y discreto para arreglar cualquier conflicto
que se suscite entre ellos, zanjando la dificul
tad de manera que los protagonistas queden
satisfechos, y en condiciones de expresarse
siempre bien de él y de la casa cuyos intere
ses defiende.
Además, debe reunir otras cualidades que
también son indispensables, como por ejem
plo, la absoluta limpieza, tanto del local co
mo en su persona, llevada tanto una como otra
si es posible, basta la exageración; la corte
sía, la buena educación y buenas maneras
para con sus patrones, clientes, compañeros y
subalternos; el empleo de lenguaje correcto y
pulcro, el respeto á los demás, para conseguir
que se lo tengan ó poder exigirlo de ellos en
caso dado, y por último, el conocimiento del
uso adecuado de todos los utensilios de can
tina, y la habilidad para preparar los com
puestos que sé requieren en tan complicado
ramo.
En suma: el cantinero, al entrar á su tra
bajo, suponiendo que sea el que abra el esta-
Vilecimiento, debe preocuparse desde luego
de que .se baga la limpieza escrupulosa del
local; después dispondrá todo lo necesario
para el despacho del día, y en seguida se
dispondrá á desempeñar su trabajo, con la
mayor corrección posible; si en lugar de en
trar por la mañana, es otra la hora inicial
dé sus labores, deberá, antes que todo, salu
dar cortesmente á las personas que halle en
la cantina; arreglar convenientemente su
persona; revisar que en su banco esté todo
listo y surtido en cantidad suficiente: hielo
picado, frutas tajadas, botellas en cantidad
.suficiente, y dotadas de los líquidos necesa
rios para el despacho, etc.; se enterará de lo
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