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maría García-alix:

¿Cuál es tu contribución al desarrollo de la investiga-

ción en Atapuerca? ¿En qué consiste tu trabajo?

ana Gracia:

Como entré en el equipo directamente de la mano de Arsua-

ga, al que considero mi maestro, a él y a Ignacio Martínez, nos especia-

lizamos, porque es lo primero que empezó a aparecer, en restos de crá-

neo. Entonces dentro del cráneo me especialicé un poco en la cara y

luego en la patología. Y ¿cuál es mi cometido? Un poco por ser hija de

“Estudio”, me dediqué, porque me gustaba pasar horas, en vez de hor-

migas miraba trocitos de cráneo, y entonces al final te los aprendes de

memoria. Y entonces, en ese proceso la paciencia es muy importante

para aprender a distinguir. Había un compañero que me decía “Ana, es

que tú los ves verdes, ¿cómo puedes distinguir un hueso de oso de un

humano así de rápido?” Pues lo que se dice la experiencia, al final es la

experiencia. Pero mis maestros me enseñaron a hablar con propiedad,

en el sentido que también se aplica en el Colegio. Tienes que aprender

a describir bien, ¿por qué esto es un trozo de cráneo humano y no de

oso? Pues porque tiene las tablas externas simétricas con un diploide y

una esponjosa que tiene unas celdillas de tal característica, etcétera, et-

cétera. Y eso ha sido muy importante y muy enriquecedor para mí.

maría García-alix:

En este proceso de reconstruir cráneos, hemos apun-

tado cráneos fragmentados en más de doscientas piezas, podemos

encontrar más de tres mil fragmentos. ¿Cómo es este proceso de re-

construcción?, ¿Qué hay de sensibilidad en todo ello, cuando em-

prendes esta tarea?

ana Gracia:

Hay una parte sistemática muy importante. Primero separa-

mos restos de carnívoros de homínidos. Después, dentro de los homí-

nidos, intentamos separar por parte esquelética: parietal, occipital, fron-

tal, los restos craneales. Después, dentro de eso, intentamos separar

por edades de muerte, hacer clases de edad: niños adolescentes, adul-

tos. Y entonces vas achicando el problema, y luego la parte de sensibi-

lidad de “pues éste tiene el mismo tipo de concreción que un trocito

que salió en el año 92, a ver si encaja”.

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Intervenir en el mundo, una actitud ética