La espada del bosque
Mimé tu nuca sobre la almohada,
y tu rosado pecho al descubierto,
de carne trémula hice mi espada,
que se hundió en tu hoyo de bosque cubierto.
Hermoso... angelical cuerpo de hada,
aquel que soñé en porvenir incierto,
ahora mi dulce princesa amada,
placer y aleluya de mi concierto.
Heredé su fiebre en la vida nueva,
todo mi estoque en sus labios galantes,
y el rico sabor de su fresca breva;
en mi boca fuego vertió su riego,
y el jugo de una historia de amantes,
reverdeciendo la hierba nuestro juego.
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