El juego de la paja
Esa cálida mano de aldeana,
que masturbó mi secreto en apuesta,
no disfrutó el bacilo de quien gana
al descollar... corrido que se apresta.
Es mi júbilo regresar mañana,
cuando aborde su encanto haciendo gesta,
y ese celo trivial de puritana,
que siempre pavonea en toda fiesta,
entregue su atributo entre las piernas,
tan jugoso y requerido en contienda,
por nuestros cruces de miradas tiernas,
y este picor de mi gracia en sus pechos,
donde coge tersura a toda rienda,
deje al fin, cuerpo y ánimo satisfechos.
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