Previous Page  109 / 154 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 109 / 154 Next Page
Page Background

La vida misma 1ª

Por qué acelerar la mente,

a la urgencia venturosa,

en la costumbre viciosa,

del esplendor dirigente.

Creció y atenuó la fuente,

por dilapidar el caudal

en señorío impersonal,

del que señor en la ruina,

repele la fe genuina,

y prefiere ser material.

Cuando la voz matinal,

radia verdad cristalina,

teniéndose por divina,

cortando a menudo el serial,

para inducir al espiral

que entorpece la salida:

¡Aférrate siempre vida

a la pulcritud de esfinge,

y para confundir finge,

y el agresor se divida!.

Rompió la perdiz en huida,

avezada en su fiel canto,

por la acrimonia de espanto

que se elige divertida,

del que tiene su partida,

partiéndose la esperanza

al defender la alabanza,

que tanto hila y enriquece,

y tanto hiere y ensombrece,

cuando el ánimo es matanza.

102