Por el amor eterno
21
Miedo a soñar,
miedo a perderte,
miedo a no verte,
jamás en el espacio
y el olvido de tu encanto,
me lleve a zozobrar
al empeño de sentirte,
al empeño de quererte.
¡Discurra el tiempo despacio!
y el peso que levanto,
eluda naufragar,
pudiendo sostenerte,
pudiendo penetrarte;
tu negro pelo lacio,
sea un suave manto
que acompañe el acariciar,
en mi cuerpo al deslizarte;
intensamente besarte!,
venciendo el cansancio,
el dulzor de tu canto.
Miedo a soñar,
miedo a perderte,
miedo a no verte;
será el frescor rancio,
cuando la sonrisa sea llanto;
por los años pasar,
tener que añorarte,
tener que ausentarte
y el placer reacio,
doblegará de espanto,
temiendo resbalar,
en tu cuerpo inerte,
abandonado a la suerte,
del marchitar recio.
¿Cuánto?,¿cuánto?,
podré volar,
antes de dejarte,
antes de la muerte,
del espacio necio,
que en mi adelanto,
por el ávido avanzar,
que trata de esconderte,
que trata de envolverte,
bajo polvo sucio,
de un triste Campo Santo.
REFLEXIÓN
Antes que errante y sórdido, prefiero ser polvo,
tierra y árbol, flor de los valles, y el suave viento
empuje mi aroma hacia ti, para deleite de tu
encanto.